…Y QUE SIGUEN QUEDANDO COMO ASIGNATURAS PENDIENTES PARA 2022.
Por: Ramiro Guerra M.
En teoría del conocimiento, sobre todo en la filosofía dialéctica, el presente registra y arrastra algo del pasado y el presente contiene mucho de lo que será o vendrá como futuro.
Una ecuación, pasado, presente y futuro nos hace ver este último con recelo y algo de incertidumbre.
Continuamos con un modelo de economía, de democracia y estado, que cursan o están inmerso en un proceso de agotamiento, que nada bueno augura. El hoy presagia o apunta que, en el 2024, tendremos más de lo mismo.
Tenemos una economía altamente permisible a lo especulativo, que raya en lo salvaje. Un tema sensible como la situación de la Caja del Seguro Social y del programa IVM, que tuvo inmerso en un diálogo, que terminó en un fracaso; el tema de las negociaciones con Quantum First Mineral S.A., dará mucho que hablar y hacer. El diálogo desde una perspectiva de iniciativa y propuestas ciudadana, que eludió un escenario de las fuerzas vivas, orgánicas de la sociedad, lo que se tradujo en tiempo perdido para abordar desde la perspectiva de un real y concreto escenario para consensuar políticas de cara al desarrollo nacional – sostenible, dejó más brumas que realidad.
Entramos al 2022, con índices de pobreza, desempleos e informalidad, que siguen traduciendo que, en estas asignaturas, poco se ha avanzado. Seguimos siendo uno de los países más desigual en materia de reparto social. No hay voluntad política, menos estrategias, que apunten salir de estos atolladeros.
Cierto, el Covid 19, ha sido un factor que ha incidido en la sociedad vista integralmente, pero nada justifica, la inacción en otros ámbitos de la vida de los panameños. Sectores del poder económico, en la crisis, les fue muy bien. Mientras los más golpeados, los pequeños empresarios, sectores profesionales y los trabajadores.
Terminamos el año, continuidad del pasado, con una institucionalidad desacreditada, ejemplo, la justicia. El poder Ejecutivo y la Asamblea, con un bajísimo capital social. Todo lo anterior, en un escenario, donde lo preelectoral, tomará fuerza.
No se vislumbran cambios de calidad en cuanto a economía y forma de ejercer el poder. 2022, le depara grandes retos y desafíos a los sectores populares, medios y democráticos. Principal reto, cuadrar sus iniciativas y protagonismo, como si fuere un solo y contundente puño. No hay de otra, para construir correlaciones, de tal suerte que trascienda en el hacer mediador de los factores de poder político.
Mucho de lo que haga o deje de ser el poder del estado, dependerá de una correlación de fuerza favorable. El poder económico, seguirá jugando a ese poder y lo mediático, para inclinar la balanza a su favor.
2022, combinará una ecuación de retos e incertidumbres. ¿Gatopardismo a la vista? Ojo, el gusanito de las contradicciones sociales, suele depararnos sorpresas.
DIOS BENDIGA LA PATRIA Y A LOS PANAMEÑOS.
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