O somos dignos y patriotas o lacayos obsecuentes

Isabel B. de Turner

Excatedrática de la Universidad de Panamá

Cuando la Universidad de Panamá salió del Instituto Nacional donde funcionó temporalmente y fue a ocupar el hermoso campus donde sobre el verde césped resaltaba sus edificaciones como palomas blancas echadas al vuelo, en ese tiempo el Rector Méndez Pereira mandó a instalar un faro cuya luz debería encenderse cuando en el país hubiese una circunstancia coyuntural que merecía ser debatida por la ciudadanía para que, con el prestigio de la academia universitaria, acogiera todas las opiniones. Ese faro encendido para la convocatoria de debatir ideas, opiniones y posiciones de alta política alumbraba desde lo alto del edificio de la administración situado en la cumbre de la colina y la ciudadanía acudía a la convocatoria para caminar hacia la luz prometida y para encontrar soluciones a los problemas por los que atravesaba el país, por esas razones tutelares a la Universidad de Panamá se le proclamó como “La conciencia crítica de la Nación”. Hoy me parece escuchar una frase que se me clavó en el alma y en el cerebro: “La Universidad de Panamá es reflejo de cómo se gobierna en el país” y en este hoy veo con tristeza que así ocurre, da la espalda a los vitales problemas, hace silencio cómplice frente al abuso autocrático de los gobernantes y hasta anidan esa infame corruptela que los caracteriza. Como se hizo cuando la empresa privada pontificaba que debíamos ser consecuentes con lo que dictaminaban los Estados Unidos, Méndez Pereira alzó su voz como un trueno y dijo: “No es cierto como se ha dicho que no se vive de dignidad. Se come y se vive de dignidad cuando a esa dignidad la acompañan el trabajo y la honradez y la explotación de nuestra riqueza. Si llegan al extremo de abandonar el Canal, muy improbable, viviremos dignamente explotando nuestros propios recursos. Viviríamos así para nosotros mismos. Hoy se plantea la misma coyuntura: o somos dignos y patriotas o lacayos obsecuentes, la Universidad de Panamá debería estar al frente de ese debate.