Editorial

 

Pasaron más de 32 años para lavar en parte la vergüenza que, por más de tres décadas tuvimos los patriotas panameños, en los que, nuestros mártires vivieron en la oscuridad y la deshonra, como si defender la patria fuera indecoroso e inmoral y ser entreguista y abyecto es sinónimo de decoroso y decente.

Faltan solo cinco días, en los que se abre una ventana en la que muchos patriotas que cumplieron su deber de defender a nuestra tierra, se les reconozca, al igual que muchos hermanos que siendo inocentes fueron víctimas de esa invasión criminal y artera en la que, se destruyó nuestras instituciones y la paz del país, pero no hubo entonces sanciones contra los perpetradores, ni nadie se rompió las vestiduras para reclamar la grave violación de nuestra soberanía y desde entonces, hasta ahora, seguimos bajo un dominio de los peones de los invasores, la oligarquía panameña que ahora quiere rematar la CSS, una de las instituciones que generan paz social en el país, pero que, siendo tenedora de grandes reservas, producto del aporte de los asegurados, despierta el apetito de la oligarquía financiera que quiere hacerse con ese botín.

Hoy, como ayer, el pueblo panameño debe levantarse contra la injusticia y en favor de la paz y una auténtica democracia que le sirva al pueblo y no que, a nombre de esa democracia, vengan nuevamente a asaltarnos y a acabar con una de las instituciones más valiosas del país.

Gloria eterna a los patriotas que dieron su sangre para lavar la vergüenza nacional y a los mártires de la lucha antiminera de 2023.

¡Viva el 20 de diciembre de diciembre de 1989, día de duelo nacional!

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