Editorial 

Acción realizada el 26 de julio de 1953, por un grupo de jóvenes cubanos, liderados por Fidel Castro, que pasaría a la historia como la Generación del Centenario, cuyo objetivo era desencadenar la lucha armada contra la dictadura de Fulgencio Batista (1952-1958). A pesar de su derroche de valentía y dignidad, los asaltantes -inferiores en número y armas- no pudieron tomar la fortaleza. La orden del dictador fue eliminar a diez revolucionarios por cada soldado del régimen, muerto en combate. La masacre se generalizó y fueron asesinados la mayoría de los asaltantes. Los sobrevivientes fueron detenidos tras feroz cacería, enjuiciados y condenados a prisión.

Este acto lleno de coraje y valentía, fue el principio del fín de la dictadura batistiana y la mecha que prendió la llama revolucionaria en el continente americano, logrando cinco años y medio después el triunfo de la revolución cubana el 1 de enero de 1959 con la entrada triunfal del ejército rebelde a la Habana.

Casi desde entonces el gobierno de Estados Unidos, enemigo jurado de esa revolución y del pueblo cubano y latinoamericano, ha hecho todo lo inimaginable para destruir la revolución y Cuna sigue resistiendo el bloqueo más criminal que cualquier ser humano pudiera imaginarse, porque no quieren que el desarrollo económico de Cuba pueda sustentar a una sociedad que sea un ejemplo para todos nosotros.

Desde este medio, saludamos al pueblo cubano por la hazaña del 26 de julio a un alto costo de la sangre de su juventud y manifestamos nuestro rechazo firme a toda clase de bloqueo que busca rendir por hambre a ese heroico pueblo y a su revolución que, siempre ha sido solidaria con la causa del pueblo panameño, por lo cual manifestamos nuestra eterna gratitud.

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