Editorial
Hace unos días, se ha tenido conocimiento que las autoridades del Ministerio de Educación en colusión con las autoridades del Instituto Nacional de Panamá, procedieron a cometer uno de los crímenes más graves que la historia conozca contra el alma de la nación que nos genera un daño invaluable y difícil de recuperar.Procedieron en silencio, amparados por la oscuridad y sin el más mínimo respeto a la ciudadanía y recato a reglas administrativas, en el ejercicio de una decisión política absolutamente insensata a quemar los 9 mil 412 libros de la Biblioteca Eusebio A. Morales que representan gran parte de nuestra nacionalidad.
Hay que recordar que desde 1971, el Instituto Nacional es patrimonio cultural de la nación panameña, eso implica que el Estado debe proteger esos bienes”, y pareciera que la tutela se convirtió en una orden para prenderlos.
Todos los que tuvieron que ver con estos estos hechos deleznables, sin miramiento alguno, deben ser separados inmediatamente de sus puestos públicos, investigados y condenados, porque han atentado contra el alma de la patria, a menos que, lo que se quiera es que, finalmente abjuremos a ella.
¡Así de sencilla es la cosa!
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