Eduardo A. Reyes Vargas
La percepción por décadas, pero más fortalecida ahora, es que nuestra democracia COMO HAN señalado MUCHOS PENSADORES SIGUE SECUESTRADA.No solo son los Partidos políticos desviados de sus ´promesas electorales” y de sus ideologías fundamentales, son parte de este secuestro.
Lo son también grandes corporaciones extranjeras y nacionales, que manejan el gobierno en la sombra. Poderes fácticos.
“El gobierno en la sombra, (conocido también como criptocracia, gobierno invisible o gobierno secreto) es una creencia que forma parte del ámbito de las teorías conspirativas y está basada en la noción de que el real y verdadero poder político no radica en los representantes políticos electos por la población, sino por personas con gran influencia y autoridad dentro de ciertos estamentos gubernamentales que ejercen poder entre bastidores, es decir, más allá del control de las instituciones democráticas”
Son poderes factuales.
Muy inteligentemente y aprovechando la ignorancia colectiva de nuestros pueblos han sabido penetrar las esferas de las decisiones públicas para su conveniencia.
En Panamá se mencionan grandes familia con estos poderes.
Además de estos secuestradores, se añaden las grandes instituciones financieras que con sus préstamos ubican en débiles condiciones a los gobiernos para negociar, facilitando su docilidad.
No suficiente con ello y en el caso específico de Panamá, la influencia cada día menos discreta de nuestros tutores extranjeros del Norte se hace evidente.
Se maquillan llegadas con todo tipo de escenarios para los pueblos pero detrás de bambalinas surgen los consejos o mandatos para los gobernantes.
Consejos que muchas veces violentan las decisiones soberanas de una nación.
La reciente reunión en Estados Unidos de algunos gobernantes latinoamericanos dejo claramente a la luz pública la forma en que nuestros tutores en el lenguaje más sofisticados del la diplomacia, sirvieron un menú a cumplir, fuese o no del agrado de los invitados.
Hemos pasado por las famosas ayudas de USA después de las guerras mundiales, hemos conocido la famosa Alianza para el Progreso y los países “beneficiarios” o sus elites, siguen sumidos en pobrezas y desigualdades.
Esto pre-pandemia y ahora más incrementado.
Las causas estructurales de las injusticias deben corregirse.
Están allí, sin variaciones.
No tengo esperanza que con esta nueva reunión, nuestra América latina cambie las rutas para beneficiar a las mayorías.
Y aunque suena a teoría de conspiración este virus muy especial del covid19 ha mermado las fortalezas de nuestros países y gobiernos.
Inflación, desigualdades sociales, desempleo, pobreza, etc. son parte de su daño.
¿Casualidad o es parte de una guerra biológica semi –encubierta?.
Frente a estos escenarios muy reales la falta la sinceridad de los gobernantes de explicar a los pueblos del porque vivimos así, está presente.
No aceptamos que estamos secuestrados. Inclúyase gobernantes.
De tumbo en tumbo.
Las escasas voces que tratan de explicar a los pueblos estas realidades cada día son menos.
La dignidad de un pueblo se hunde en el olvido.
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