Juan Navas o la Dignidad de Colón.
Un día como hoy del año 1966, hacen 57 años, se conocía la noticia del vil asesinato de Juan Antonio Navas Pájaro. Héroe del 9 de enero de 1964, quien acababa de regresar al país de tratamiento médico por razones de los daños infringidos en la jornada libertaria dos años antes.
Vino lleno de alegría porque había recuperado gran parte de su salud afectada. Pero los perversos lo mataron y lo tiraron en el corredor de Colón, que ahora es una avenida que debería llevar su nombre.
Pretendían con esta muerte intimidar al movimiento popular y persiguieron e incriminaron por su muerte, a distinguidos patriotas, incluyendo a su propio hermano.
Fue una noche oscura en la que la oligarquía de aquel entonces, junto con la Guardia Nacional y los mecanismos de Seguridad del Estado, se encargaban de silenciar al pueblo de la manera que ellos habían aprendido.
Hoy, siguen pendientes, después de más de medio siglo, la tarea inconclusa de hacerle justicia al pueblo.
Siguen los mismos perversos, con otras caras, robándole al pueblo su patrimonio y su paz.
Tenemos que abordar, con la mayor responsabilidad, la tarea de rescatar la Decencia y el Decoro para recuperar la dignidad perdida, sin la cual no hay futuro posible.
Esa sangre generosa que se derramó un día como hoy, sigue tibia en nuestros recuerdos, porque nada noble y bueno terminan en una tumba fría, sino que se convierte en una admonición a nuestras conciencias que nos indica todo lo que sin hacer está todavía, para lograr instaurar una sociedad de oportunidad para todos y en donde el respeto a la vida y a la dignidad humana sea nuestra Ley mayor, como lo decía José Martí.
Ningún mártir del pueblo será olvidado, porque el sacrificio supremo, movido por el amor al prójimo, es una ofrenda agradable a Dios, no por el sacrificio en sí, como por el acto de amor que lo conduce. Y sabido es que; nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos, eso fue lo que nos enseñó Jesucristo.
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