Por Ramiro Guerra M. Abogado y cientista político.
Se dice que la Asamblea es el depositario de la soberanía popular, ¿Será cierto lo anterior?
En los últimos años, cada vez que, en ese órgano del estado, se va a debatir un proyecto de ley de interés nacional, la fuerza pública bloquea férreamente e impide el acceso al pueblo.Eufemísticamente establecen un perímetro que, dan en llamar de seguridad. Si el pueblo intenta llegar donde se encuentra la cerca de la antidemocracia, sale a relucir la feroz represión por parte de los antimotines.
Antes aprobaban los proyectos a tambor batiente en horas entrada la noche y alta madrugada. Ahora lo hacen manteniendo al pueblo lejos del recinto parlamentario. ¿Problemas de seguridad? Tanto temen y tienen miedo los diputados al pueblo?
Dentro de poco, la Asamblea entrará a aprobar o rechazar el ignominioso contrato que firmó el gobierno con la empresa minera Quantum. Veremos a los que se dicen representante del pueblo, jugar al prebendalismo o sencillamente hacerse eco del pueblo, de sus sectores sensatos y de toda la sociedad civil, que ha desenmascarado que tal contrato no tiene las bondades y virtudes que alega el gobierno y la transnacional empresa minera.
Me asusto al pensar que, se recorrerá la misma ruta del CEMIS. Un diputado dejó al descubierto la estrategia del cartucho de los billetes. Compra del voto de diputados para aprobar el contrato de marras o caso Cemis.
Seguramente se darán debates politiqueros frente a la objetividad de la comunidad científica y especializada en temas ambientales y mineros.
Los altos dignatarios del Canal de Panamá, han alertado sobre el peligro que implica la parte del contrato que tiene que ver con el agua. La jerarquía católica también ha dejado sentir su preocupación por ese contrato.
Tengo para mí, que ese contrato, es resultado de una mal entendida presunta consulta popular que nunca ha sido. No la hubo antes ni después. Se trata de una grosera y burda imposición propia del gobierno, nada nuevo, de apelar a grados de un centralismo autoritario.
“Quentum” ha sido una empresa minera que, no ha tenido respeto por nuestra institucionalidad jurisdiccional de la justicia y menos de la soberanía. Al día de hoy, siguen operando ilegalmente y por más de cinco años y medio.
Entre el decoro, la dignidad nacional o la entrega vil de nuestros recursos a una empresa pirata.
La experiencia indica que, esta vez no será la excepción; veremos a la fuerza pública, con todo su arreo de combate y poder de fuego, impidiendo el acceso al pueblo a la Asamblea y ésta alejándose cada vez más del pueblo, llevando al país a niveles peligrosos de la legitimidad del poder público. Y es peligroso porque no solo estará este tema en el tapete, sino que se han juntado en el país, el hambre con las ganas de comer y dicho de otro modo, a nivel del lenguaje popular: “Éramos muchos y la Abuela se pare”
Será el gobierno, el único responsable de hasta dónde el incendio social pueda prender nuestras praderas, porque le hemos aconsejado mucho y han hecho del poco caso su nuevo deporte.
Finalmente, a esto se le llama democracia y será cierto que la asamblea es la caja de resonancia de los intereses del pueblo?
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