Cuento corto.
Autor: Ramiro Guerra.
Ese día, Francis como siempre llegó puntual a la escuela. Se .sentó en una silla toda descuadernada y el maestro miró hacia donde él, nada raro, otra vez dormía. Lo despertó y le preguntó, ¿otra vez Francis? En esta ocasión, el niño se paró y le devolvió la pregunta con otra pregunta. Maestro fíjese en mis ojos; también en mi vientre y mi cuerpito donde resaltan mis huesitos. El maestro guardó silencio. Desde ese día, se volvió revolucionario y guerrillero de un ejército de liberación 8 Hay varios Likes:) Gracias...