Editorial

 

La adolescente, menor de edad, diputada juvenil, violada, ha causado una repulsa generalizada en el país.

El ministerio público, no puede darle larga a este criminal acto de tal suerte que, ponga en recaudo al perverso (s) y criminal (es), que cometió o cometieron semejante ultraje.

La madre de la joven y familiares, han hecho denuncias muy fuertes contra los responsables y organizadores del evento relativo a la reunión de una Asamblea de Diputados Juveniles.

Hubo dolo, alevosía por parte del que llevó a cabo tal escarnio a la inocencia e integridad de la menor. Tal fue así que, previo al salvaje acto, la joven fue objeto presuntamente, o mejor dicho expuesta supuestamente a tomar sustancias tóxicas, de tal manera que, la colocó en un estado de indefensión.

El diario digital, El Periódico, condena tan criminal acción e igual que todo el país, exige una investigación que dé con o los criminales, autores de tan execrable delito.

Igual le solicitamos encarecidamente al Ministerio Público que, informe al país del adelanto de la investigación criminal de hace más de dos años y medio, del escándalo del abuso a los adolescentes en los albergues, en el que se ha manejado un nivel de encubrimiento impresentable y en el que también, se deja en el desamparo a jóvenes en riesgo social, dejados al cuidado del Estado y que algunos degenerados los usaban como juguetes de sus aberraciones sexuales.

La Sociedad panameña tiene el deber de recuperar valores, entre ellos, los de la tutela efectiva y protección a nuestros niños, adolescentes y jóvenes y los de la justicia igual para todos, porque de ello depende la paz pública y la tranquilidad y sosiego de la nación que se nos puede ir de las manos en cualquier momento, sino, asumimos las decisiones correctas y ahora, cuando aún, no son inoportunas.

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