El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Por Ramiro Guerra M. Abogado y cientista político.
Thomas Malthus, en el siglo XVlll, señaló que la población crecía geométricamente y los medios para la subsistencia aritméticamente.
Según él, cada 25 años la población crecía de manera inversa, hacia su multiplicación. Según los maltusianos, esta correlación se convertiría en fuente de graves conflictos sociales.
Esta teoría fue duramente criticada en tanto que parte de una hipótesis falsa.
El problema de fondo, no es la falta de alimentos y recursos, sino su desigual distribución que genera niveles de concentración de los bienes del planeta, que se traduce en una especie del síndrome de cuello de botella, donde la gran población mundial, se queda rezagada en esa otra dimensión de la pobreza.
En medio de la pandemia covid 19, le tendencia apuntó hacia una concentración de riquezas 50 veces superior a lo que precedió a la pandemia. ¿cómo explicar ese fenómeno? Sencillo, una lógica perversa y esquizofrénica de concentrar más y más capital.
Autores seguidores de Malthus, llegaron a justificar las guerra y el necesario exterminio de seres humanos. Lo anterior, como medio de equilibrar la relación población y alimentos.
Estás teorías han resurgido con enfoques que son igual de perversos y canallas. Uno de esos enfoques, es el que sostiene que, la población anciana, constituye una variable que distorsiona la economía y el mercado. En consecuencia a esa población hay que exterminarla.
Se continua considerando las guerras como un medio casi natural para establecer un balance y un equilibrio entre crecimiento poblacional y medios de subsistencias.
No se trata de teorías de la conspiración contra la existencia humana, sino de acciones reales que se toman por los lados del poder mundial financiero, que apela a esos medios de asesinar por millones a seres humanos.
En este contexto, científicos han afirmado que, pestes y pandemias, son más resultados de laboratorios, lo mismo que la soluciones, poniendo en marcha una feroz producción de vacunas, que igual que las guerras, diezman la población mundial.
Este neomaltusionismo que, se ha generado en la matriz del neoliberalismo, asume formas propias de un neo fascismo extremo, radical de desprecio por la humanidad.
No se requiere mucho esfuerzo para sostener que, en el marco del neoliberalismo, construir democracia real y participativa es imposible.
Estos enfoques neoliberales de la economía, de las relaciones sociales y de pensamiento; son fuentes de procesos que apuntan a apelar a recursos y medios fascista del ejercicio del poder.
20-1-2024
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