Por Ramiro Guerra M.
Jurista, escritor y cientista político.
Revisar la historia en la región latinoamericana y nos daremos cuenta del gran poder de los Estados Unidos, de satanizar procesos políticos y gobiernos, que no son «si jefe, usted ordene».
Los Estados Unidos, no maneja relaciones armoniosas con nuestros países. Sencillamente los sujeta a sus dictámenes, sino le complican la existencia a los países.
Centro América ha sido un ejemplo de lo señalado.
La OEA es timoneada por ellos. Todo lo que ellos perciben como gobiernos democrático , le caen a palazo. El recurso de la fuerza, de las invasiones militares, ya no el usual para dominar; ahora asumen políticas duras de asfixia económica, usan los órganos judiciales para los denominados golpes blando. Y pobre de los paises que no se sumen al bloqueo comercial, se les aplica las mismas medidas.
Tienen una maquinaria mediática poderosa, dirigida a satanizar los gobiernos que no se suman a su hegemonía.
Consecuente con esa línea de acción, han inventado que Cuba, Nicaragua y Venezuela, son una especie del mal en la región.
La verdad sea dicha; a Venezuela la han acosado sistemáticamente. Las presiones económicas son extremas. Y Peor, Inglaterra, le retiene miles de millones en oro, sin justificación alguna. La línea de abastecimiento alimentaria le es cortada. Y cínicamente, manejan el discurso que hay hambre y pobreza en ese país.
Lo mismo ocurre con Cuba. Décadas de un bloqueo económico perverso y cruel.
Ahora satanizan al extremo a Nicaragua. Lo que no se dice, es que hubo un periodo de buenas relaciones con el gobierno de Daniel Ortega. El problema fue que confundieron esas relaciones y pensaron que estaban lidiando con una colonia Se equivocaron y ahora Nicaragua es la personificación del diablo en persona.
Los que le hacen coro a los Estados Unidos, que citen que revolución de las burguesas que dieron al traste con el antiguo régimen, no usó la violencia para defenderse.
Como aceptar, que la sra, Richardson, .jefa del Comando Sur, se pasee por toda la región, diciendo que la región es su traspatio. Y aquel país y gobierno que resista, es objeto de medidas draconianas de presión y represión que terminan configurando una clara opresión.
Para los Estados Unidos, en la región no existen países soberanos e independientes. ¿Autodeterminación de qué? Nos miran como subalternos y definen agenda, que no necesariamente son nuestras, ni consultan siquiera nuestras intereses.
Lo trágico, observar gente que se dice revolucionaria y de izquierda, haciendo causa común con la derecha y los Estados Unidos, para atacar a Nicaragua, Venezuela y Cuba.
Que, en esos países hayan problemas, cierto pero ojo, con caer en el juego de intereses de poder, que detractan de gobiernos que se definen como populares.
Se critica a estos países, pero nada se dice, de la presión y toda tipo de conspiración para tumbar a esos gobiernos.
Que hayan desafíos de democracia, cierto. Pero cual democracia, la que se tejen en los laboratorios de los grupos de poder y los Estados Unidos?
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