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Las manifestaciones en apoyo a Palestina empezaron el pasado 18 de abril en la Universidad de Columbia, en Nueva York, y desde allí se extendieron a otros centros educativos.
Dónde se producen
A mediados de abril, varios estudiantes de la Universidad de Columbia instalaron unas cuantas docenas de tiendas, un par de banderas palestinas y algunos carteles escritos a mano en los que se podía leer lemas como: «Columbia financia el genocidio» y «Mientras lees, Gaza sangra», entre otros. El resultado fue la detención de más de 100 manifestantes, pero la protesta continuó.
Este lunes, la Universidad de Columbia anunció que había comenzado a expulsar temporalmente a los estudiantes que habían seguido participando en la protesta propalestina.
Al día siguiente, manifestantes rompieron las ventanas y se atrincheraron en el interior de un edificio académico del campus de Manhattan.
La protesta inicial ha generado una oleada de manifestaciones similares en campus universitarios de todo el país. Harvard, la Universidad del Sur de California, la Universidad de Texas en Austin, la Universidad de Yale, la Universidad de California en Los Ángeles y el Instituto Politécnico y Universidad Estatal de Virginia, entre otros, se llenaron de jóvenes descontentos con las acciones de su Gobierno en apoyo a Tel Aviv.
Qué exigen
Los participantes en las protestas solicitan que sus universidades dejen de apoyar a Israel y sus acciones militares en Palestina. En ese contexto, The Washington Post detalla que los fondos de las universidades estadounidenses pueden gastarse en diversos proyectos, entre ellos en ayuda financiera.
Las exigencias concretas varían: mientras que en una universidad quieren que la Administración ponga fin a inversiones en el sector militar israelí, en otra tratan de ejercer presión sobre empresas estadounidenses, como Google o Microsoft, que colaboran con Israel.
Cómo responden las autoridades
Las autoridades tratan de reprimir las protestas, recurriendo a la fuerza. Se reporta que el número de arrestos superó los 900 en todo el país.
Así, en redes sociales circularon imágenes de la detención de una de las docentes cerca de un campamento que los manifestantes organizaron en el campus de la Universidad Emory, en Atlanta. La mujer dijo que es profesora, pero un policía la arrojó al suelo y con la ayuda de otro agente la inmovilizó y la esposó.
Además, se reportó que la Policía utilizó este lunes granadas paralizantes y espray de pimienta contra estudiantes en la Universidad de Texas.
Por su parte, el presidente de la Cámara de Representantes de EE.UU., Mike Johnson, afirmó que su país podría recurrir a la Guardia Nacional para disolver las manifestaciones. «Columbia está fuera de control. En las últimas horas, durante la noche, creo que [los estudiantes] han invadido el edificio del campus. […]. Así que pedimos a la Policía que vaya y se encargue de ello. Si no son capaces, entonces necesitaremos a la Guardia Nacional», dijo, ofreciendo un discurso en la Cámara Baja.
Reacción de la ONU
El alto comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Turk, declaró este martes que está preocupado por las medidas que las fuerzas del orden estadounidenses usaron para dispersar las manifestaciones.
«La libertad de expresión y el derecho de reunión pacífica son fundamentales para la sociedad, especialmente cuando hay fuertes desacuerdos sobre cuestiones importantes, como los hay en relación con el conflicto en los territorios palestinos ocupados e Israel», destacó en su comentario.
Así, expresó su preocupación porque las acciones de las autoridades «parecen tener un impacto desproporcionado«.
Turk reiteró que la conducta antisemita es inaceptable, pero «debe quedar claro que los ejercicios legítimos de la libertad de expresión no pueden confundirse con la incitación a la violencia y al odio».