El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Por: Ramiro Guerra M.
Jurista, escritor y cientista político.
Nicos Poutlanzas, define el Poder, como la expresión de una correlación de fuerzas sociales. Sin embargo, siendo cierto tal definición, la misma tiene el riesgo de aperturar correlaciones que sufren la tentación de gobiernos duros, autoritarios y dictatoriales.
No olvidemos, una cosa es la democracia formal y otra sus contenidos determinado por correlaciones de fuerza favorable al statu quo y sus representaciones que ejercen relaciones de hegemonía y consiguientemente de control y dominio.
Por lo anterior, me pareció nada positivo, que el gobierno electo, apueste su canasta de huevos a favor de la empresa privada. Es un peligro para la edificación de un ejercicio del poder que apunta hacia un sociedad y estado de equilibrio y bienestar común.
La derecha se mueve en dirección contraria. Se articula a criterios de hegemonía y dominio. Una especie, que el estado son ellos y las clases subalternas (no me gusta este concepto) que se articulan al concepto de pueblo.
El problema de la oligarquía es que no entiende, que el estado moderno y una visión capitalista del mismo, se reserva una especie de autonomía relativa o una suerte de independencia relativa frente a las clases sociales, de tal suerte que, el ejercicio del poder, se aproxima más al concepto de una democracia y estado de equilibrio. La oligarquía no entiende de este tema y juega al control pleno o absoluto del estado. Los gobiernos, para esta clase de capitalismo atrasado, son simplemente una prolongación de una impresentable dominación.
El concepto de autonomía relativa del estado capitalista, lo desarrollo Carlos Marx.
El estado Cesarista, el bonapartismo burgués son expresiones de una relativa independencia relativa del poder burgués. Apuesta más a una especie de centralismo democrático.
Nadie puede refutar que, hemos estado a merced de un estado oligarca, ahora neoliberal y una democracia formal, cuyo contenido son todo lo contrario; es decir de dominio y control de clase autoritario.
No podemos seguir con ese molde de democracia y estado.
Por lo anterior, he expresado mi preocupación en torno a ese casi alineamiento absoluto por parte de la oligarquía del estado.
Este resultado no ha sido casual. Se trataba de un proyecto, sobrevenido con la invasión y que, finalmente, ha hecho síntesis con el resultado electoral, del 5 de mayo.
Por ahora eso es lo que ve en el horizonte político; relativo en tanto que las contradicciones son como el topo; se desenvuelven bajo tierra y suelen darnos sorpresas. Todo puede ocurrir y más en escenario de correlaciones, favorables al pueblo.
Amanecerá y veremos.
Dios bendiga a nuestra patria.
6-6-2024
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