Eduardo A. Reyes Vargas
Luego de los “latigazos de calabaza” que suelen dar los hermanos Escobar en sus columnas periodísticas y programa radial – Hablemos Claro,- a los autores de las injusticias que vivimos los panameños de parte de algunos sectores gubernamentales y del sector privado como las tarifas electricas etc. albergamos la gran esperanza en esa nueva corriente de pensamiento que ha llegado por votación significativa y producto del uso de un sufragio serio, de nuevos Diputados a la maltrecha Asamblea Nacional.
El artículo 150 de nuestra Carta Magna, indica. Que los diputados actuaran en interés de la nación y representan en la Asamblea nacional a sus respetivos partidos y a los Electores de su Circuito Electoral
ARTICULO 159. La función legislativa, es ejercida por medio de la Asamblea Nacional y consiste en expedir las leyes necesarias para el cumplimiento de los fines y el ejercicio de las funciones del Estado declaradas en esta Constitución y en especial para lo siguiente: 1. Expedir, modificar, reformar o derogar los Códigos Nacionales. 2. Expedir la Ley general de sueldos propuesta por el Órgano Ejecutivo. 3. Aprobar o desaprobar, antes de su ratificación, los tratados y los convenios internacionales que celebre el Órgano Ejecutivo. 4. Intervenir en la aprobación del Presupuesto del Estado, según lo establece el Título IX de esta Constitución. 5. Declarar la guerra y facultar al Órgano Ejecutivo para asegurar y concertar la paz. 6. Decretar amnistía por delitos político etc
ARTICULO 165. Las leyes serán propuestas: 1. Cuando sean orgánicas: a. Por Comisiones Permanentes de la Asamblea Nacional. b. Por los Ministros de Estado, en virtud de autorización del Consejo de Gabinete. c. Por la Corte Suprema de Justicia, el Procurador General de la Nación y el Procurador de la Administración, siempre que se trate de la expedición o reformas de los Códigos Nacionales. d. Por el Tribunal Electoral cuando se trate de materia de su competencia. 2. Cuando sean ordinarias: a. Por cualquier miembro de la Asamblea Nacional. b. Por los Ministros de Estado, en virtud de autorización del Consejo de Gabinete. c. Por los Presidentes de los Concejos Provinciales, con autorización del Concejo Provincial.
Estos artículos muy sustantivos, abren las rutas para comenzar a reformar Leyes creadas solo por y para intereses mezquinos de espaldas a su pueblo como algunas que perpetúan dichas injusticias.
Temas de salud, sobre todo en su aspecto de humanizar la atención deben ser abordados ante ese escenario angustioso que vivimos los panameños en la atención a la salud y la enfermedad.
Las altas primas de seguros de salud, escape necesario, ante servicios deficientes en el sector público ahogan cada día a los ciudadanos en especial pensionados y jubilados.
La ausencia oportuna del agua potable y verdaderamente saludable.
Alto costo de medicamentos y una urgente reforma a la Ley del Seguro Social, justa y objetiva, son parte de esta agenda.
Las crecientes tarifas de electricidad de una cadena que cada día incrementa los costos de la misma ante lo que pudiese ser calificado de monopolios. Ausencia verdadera de incentivos para promover fuentes de energía renovables y más saludables al ambiente.
Abaratar costo de alimentos saludables bajo la sustentación científica de fortalecer la medicina preventiva.
Creación en conjunto con Municipios de áreas saludables para el deporte y recreaciones familiares
Resolver una vez por todo el gran problema del trasporte público y privado tanto selectivo y colectivo, que merma bolsillo del panameño y crean desequilibrios en la salud mental .
Abaratar los combustibles.
Ponderar una vez por toda si establecer una refinadora de petróleo puede ayudar a esa baja de precios. Baja de precios que puede traducirse en disminuir costo de la vida
Convertir Acodeco, Asep y la Defensoría del Pueblo (casi convidado de piedra) en entes realmente defensores de los intereses del ciudadano, en forma justa.
Combate frontal desde las estructura de la propia Asamblea de corrupción, impunidad, privilegios etc. y en demás instituciones del servicio público.
Son escasos retos los enunciados, que esperan a esta corriente de alrededor de noveles 20 diputados.
Necesitarán ante todo de la colaboración de otras bancadas que podrán limpiar su cara, en la solución real de problemas del panameño de la calle.
Y si es necesario la movilización masiva de ciudadanos para respaldar reformas transformadoras para el bien común en Panamá, como lo fueron la lucha contra la minería y el hartazgo existente.
Los marcos legales reformados pueden ser parte de esta renovación necesaria, pues pueden sostener cambios positivos por largos tiempos.
Salgamos de esta arena movediza nacional, por favor.
Las reformas Constitucionales son necesaria a la luz de otro país más moderno y progresista es también un gran desafío.
Esperamos que esta corriente renovadora permitan acceso a través de diferentes rutas, en especial las tecnológicas a un diálogo permanente y directo, entre ciudadanos y representación legislativa electa por esos panameños. Dar oportunidad a la iniciativa legislativa del ciudadano común.
Tenemos esperanza de una renovación sustentada en leyes y decretos de un país de primer mundo.
La revolución democrática y pacífica debe iniciarse-
Ser estadistas y no electoreros.
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