¿Destierro o Migración? |

Por: Eduardo A. Reyes Vargas

Destierro, una definición dice lo siguiente:»Pena que consiste en expulsar o hacer abandonar a una persona su país o el lugar donde vive, normalmente por motivos políticos”

Movimiento de población que consiste en dejar el lugar de residencia para establecerse en otro país o región, generalmente por causas económicas o sociales, es la llamada migración.

Aclarado ambos conceptos, desarrollo mi reflexión.

Desde tiempos milenarios se ha practicado los destierros y las migraciones.

Cifras que superan los casi 280 millones son las migraciones mundiales en la actualidad, según algunas fuentes.

Ante el paso de hermanos de países latinoamericanos hacia el sueño o la pesadilla de los Estados Unidos de Norteamérica, ya que para cada uno puede representar lo uno u otro, Panamá, sigue siendo un puente importante para esas ilusiones.

Hermanos de Haití, en su mayoría además, de cubanos, africanos etc. atraviesan las difíciles tierras de la frontera del Darién con Colombia hacia ese destino incierto.

Algunos mueren en esos intentos.

¿La pregunta que me hago es, si son migraciones o son destierros encubiertos?

¿Por qué migran?

Pueden ser por causas políticas, para mí en algunos grupos, las menores.

Migran forzadamente porque en sus países de origen prevalece por cientos de años la pobreza, el desempleo, la inequidad, malos servicios de salud o educación etc. y ante todo porque reina la corrupción.

Entonces no migran por su voluntad, sino son desterrados en forma forzada.

Es lamentable, pues todo país en alguna forma tiene sus riquezas, pero como política epidémica en cada una de esas naciones rige la democra-indolencia.

No digamos entonces que son migraciones.

Están empujados por sus malos gobernantes y algunos grupos de la sociedad indiferentes.

Haití, en especial pareciese ser víctima de una conjura mundial para mantenerlo en todo tipo de inequidades.

No se si es por su prevalente color de piel, pues en los hermanos países de África también se dan estas “migraciones” con la paradoja que en una gran mayoría de esas naciones en alguna forma poseen grandes recursos naturales, pero explotados por minorías. El fascismo aún prevalece.

En pocos días miles de haitianos, atravesarán el istmo de Panamá, con el posible riesgo de que en Costa Rica, esa “migración” sea detenida y queden como están algunos, ocupando tierras de Chiriquí, en condiciones no favorables.

Para Panamá, en plena pandemia, le ocasiona más gastos por los beneficios a darles por través de convenios internacionales.

Mientras no se establezcan estrategias que eliminen o mermen significativamente las causas estructurales de estos destierros forzados, seguiremos siendo indirectamente víctima como País.

El esfuerzo de Organismos Internacionales, y gobiernos comprometidos con nuestros hermanos que sufren, serán una posible vía para erradicar estas causas estructurales que fortalecen y estimulan las migraciones forzadas.

Lo que se pretende en Centroamérica entre USA, México y países afectados del famoso triángulo Norte puede ser una vía a explorar.

Basta de retórica, de instituciones superfluas y burocráticas, se impone la acción.

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