El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Por: José Dídimo Escobar Samaniego
A finales de siglo XIX, la nación panameña, su pueblo de batía en una lucha por su emancipación y separación de un poder centralizado en Bogotá que tenía en abandono a nuestro istmo después de habernos adherido al proyecto bolivariano de una Gran Colombia, cuando nos independizamos de la tiranía española en 1821.
En estas circunstancias azarosas de entonces, la juventud panameña adopta el compromiso de lucha por salvar nuestra identidad frente a autoridades que sometían a los panameños a la falta de libertad y al abandono de la lucha nacional. Así, en medio de la irredención, nacen jóvenes rebeldes, entre ellos uno que destacó, a pesar de su corta edad por un compromiso sublime con nuestro anhelo de libertad.
El 11 de abril de 1874, nace en la ciudad de Panamá, León Antonio Soto, un patriota extraordinario que fiel a su lucha por la libertad de su patria, y acusado de conspirador y revolucionario por el gobierno de la oligarquía colombiana, fue torturado y finalmente asesinado a los 28 años de edad, en las mazmorras del gobierno colombiano el 22 de febrero de 1902, convirtiéndose en un mártir de la lucha por la liberación nacional de los panameños.
Su corta edad no fue óbice para que entregara toda su juventud como ofrenda entera y absoluta a la causa y al propósito de la lucha emancipadora para que un día tuviéramos patria.
No obstante, las autoridades municipales del distrito capital, encabezados por gente que desconoce nuestras luchas y nuestra historia, recientemente han tomado la desafortunada decisión de suspender el concurso literario que en su memoria y la de otro gran patriota Carlos Francisco Chang Marín que, intenta estimular el cultivo de los valores patrios de nuestra identidad nacional, siendo que estas dos grandes figuras fueron prolíficos productores de una literatura nacional que enriquece nuestra identidad patria.
Alcalde Mayer Mizrachi que con ligereza inaudita canceló el homenaje a los que hicieron posible la patria que tenemos.
Es extraño que quienes se arropan con un manto de civilismo, no estén ni a la altura de los zapatos de un hombre como el General Torrijos que, en el año 1974, cuando se cumplía el primer centenario de la vida de León A. Soto, fue capaz de aprobar la Ley N°. 37 del 10 de abril de 1974 “Por la cual se conmemora el primer Centenario del Nacimiento de León Antonio Soto” y se declaró el 11 de abril de 1974, día cívico nacional, publicado todo esto en la Gaceta oficial 17,577 del lunes 22 de abril de 1974.
En aquellos días, hace cincuenta años atrás, se sembraba patriotismo, este año, 2004, cuando se celebra los 150 años del nacimiento del mártir patriota León A. Soto, les ha parecido bien al burgomaestre y a los representantes de los corregimientos de la capital, envolver en el sudario del olvido y el abandono, los restos de nuestra nacionalidad. Hay que advertir además, que en el mismo momento que, en el municipio capital araban en los surcos del olvido y la ingratitud, en la Universidad de Panamá, personas descerebradas y muy próximas al fascismo, se dedicaban a borrar murales que contaban la historia humana de las luchas sociales por la dignidad.
La nación panameña sufre en silencio, desde los que mandan en las diferentes instancias, un amplio ataque y olímpico menosprecio por nuestra propia identidad y ello explica el desdén y el desprecio que, han sentido por quienes dieron su vida para que hoy tengamos patria, lo que los hace indignos aún de esos puestos inmerecidos.
¡Así de sencilla es la cosa!
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