Victoriano Rodríguez Santos
Bajo el mismo título, el 18 de julio publicamos en la página de Opinión de El Siglo, una primera parte, donde brindamos orientación y asesoría gratuita al Concejo y Alcaldesa de San Miguelito.
Téngase presente que nuestros artículos son de orientación social, económica, restricción del gasto público y anticorrupción.
Expresaba, en ese artículo que: «…el presidente Guillermo Endara Galimany, al inicio de su gobierno, disminuyó el salario de los ministros.» Que algo así, producto la situación económica y del posible vandalismo administrativo en que fueron recibidas las arcas municipales, la Alcaldesa podría hacer una disminución de un 25% -mínimo- a todos los directores» y todos los altos salarios.
Que es innecesaria -decía- una presunta «policía municipal». La primera razón es el sostenimiento económico, por lo cual presentamos un breve análisis.
Asumiendo un salario mensual de 700 balboas por unidad, mas el pago de seguro social patronal, el gasto ronda los 800 balboas, por persona. Si esa cifra la multiplicamos por 300 policías municipales (información extraoficial del cuartelito que pretenden crear), arrojan un monto de 240,000 balboas mensuales.
Multiplicado esos 240,000 mensuales por 12 meses se disparan a la módica suma de 2,880,000 al año (2 millones 880 mil balboas), que en el quinquenio, cinco (5) años de gestión arrojarían la astronómica suma de 14,400,000,000, si, 14.4 millones de balboas.
El monto no contempla aproximadamente 240,000, al año, del XIII mes, implica que en cinco (5) años se le sumarían aproximadamente 1.200.000 (un millón 200 mil mas). El monto para el pago de esa pequeña tropa seria aproximadamente de 15,600,000. Quince millones seis cientos mil balboas que bien pudieran sutilizarse para la recolección de basura, el teleférico u otras necesidades apremiantes.
Obsérvese que analizamos solo el salario de las 300 unidades de seguridad municipal, agregue a ello el salario del director 2,500 mensuales y otros superiores a la tropa. No conforme, añádale vehículos, combustible, mantenimiento, llantas, tiempo extra, transporte, zapatos o botas, uniforme, sambrón y cualquier otros distintivos.
Imposible comparar la modalidad del Municipio de Panamá (millonarios en su presupuesto y en crecimiento, con el de San Miguelito). Ahora, la pregunta es: ¿resistirá este Municipio el costo de ese cuartelito? ¿Cómo le harán el «choque» a los delincuentes, si estos funcionarios seguramente no podrán portar armas?
Este sencillo análisis debe permitir al Concejo Municipal y la Alcaldesa considerar la existencia de esa Dirección, máxime con la labor que desarrolla la Policía Nacional, la cual debe ser apoyarla -por el Municipio- en sus programas de prevención tales como: Vecinos Vigilantes, la Unidad Preventiva Comunitaria (UPC) y Niñez y adolescencia.
Compartimos las palabras de Omar Torrijos Herrera: “Quien más consulta, menos se equivoca”. Que no les cuenten cuentos Alcaldesa, aplique el viejo adagio: «Quién olvida sus raíces pierde su identidad porque sin saber de dónde viene difícil es saber a dónde va«, y eso en personas con un horizonte por alcanzar es peligroso, sería difícil poder lograrlo. Dios te salve, Panamá.
Economista, educador, humanista.
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