El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Victoriano Rodríguez Santos
Escuchamos a políticos y empresarios millonarios, enclaustrados en el gobierno, hablar de desigualdad social, fundamentalmente aquellos que ostentan grandes fortunas adquiridas por herencia o quienes se han acomodado producto de cargos públicos, como políticos de profesión.
Preocupante es cuando dirigentes naturales, comunitarios o personas de nuestra supuesta “clase media” o baja nos hablan de desigualdad social, pero para que los de abajo se sientan cómodos, cuando ellos no entran a su entorno. Esto es lo criticable.
El reciente 18 de julio, en esta página, publicamos un artículo bajo el mismo título y en un párrafo exponía:
«Viene a la memoria que el presidente Guillermo Endara Galimani, al inicio de su gobierno, disminuyó el salario de los ministros. Algo parecido pudiera hacerse en el municipio de San Miguelito, en un 25%, al menos, con todos los directores».
El segundo artículo calendado 27 de septiembre, reflexionamos sobre algunas direcciones o cargos, posiblemente innecesarios y que contribuían mucho más al gasto municipal que beneficio a brindar a la población en general.
Ayer en las redes sociales surge un escrito, presuntamente es de la señora alcaldesa que indica:
“Vecinos, quiero aclarar en este espacio que nosotros hemos reducido la planilla de la alcaldía en gran porcentaje, y los salarios de directores ya existían antes de yo llegar, solo reemplazamos a las personas pero con los mismos salarios.”
Al parecer, aún a nuestra sugerencia, producto de la presunta situación económica de las arcas del municipio, no se tomaron medidas de disminución de salarios, que pudo y puede hacerse.
Lo cierto es que mientras se habla de desigualdad social de personas que tienen salarios de 2 o 3 mil balboas mensuales, quizás con gastos de movilización y viáticos fijos, nada es creíble.
Al parecer, no hay igualdad entre ellos y aquellos con salarios menores de 700 balboas, incluso con quienes viven en indigencia, en San Miguelito.
Por otra parte, sería importante la población supiera cuál es el salario de la Alcaldesa y los representantes de corregimiento. Además, cual es el monto mensual del “gasto de representación y de movilización”, porque la cifras que maneja parte de la población es muy alta.
Interesante conocer si el salario de los Jueces de Paz es justo, al parecer es irrisorio, con relación al trabajo que realizan y la responsabilidad que tienen en la lucha contra la delincuencia y políticos inescrupulosos, porque su actuar debe ser prístino. “Díganme lo malo, que lo bueno ya lo sé” Omar Torrijos. Dios te salve, Panamá.
La verdad os hará libres y el silencio cómplice.
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