EL SAQUEO

Por: Gonzalo Delgado Quintero

Desde épocas remotas se ha practicado el saqueo. Esta es una forma de despojo a través del caos y la violencia como una de sus características, cuyo fin es tomarse a la fuerza las riquezas, productos y bienes ajenos.

Un clan que no le iba bien en la suficiente producción, le robaba las cosechas al otro por asalto. Desde entonces echaban en el saco, todo lo que podía y se lo apropiaban. Los griegos, persas, romanos, vikingos, y más reciente, con la conquista de América, la colonización de África y de Asia, fueron los españoles, franceses, holandeses, portugueses, ingleses, como imperios en su respectivo momento, los saqueadores.

Por necesidad de sobrevivencia, ambición desmedida, por el propio hecho de conquista y enriquecimiento, cualquiera fuese la motivación, lo hicieron y aun hoy, bajo el ropaje que le pongan, siguen saqueando a los pueblos del mundo.

Para estos conquistadores que llevan en el ADN, la mala sangre de saqueadores ancestrales, a lo mejor explicaría esa larga historia de herencia maldita que llevaron a la práctica de enriquecerse robándole a los demás desde esos tiempos remotos.

Hoy, lo que les seguirá importando es llenar los talegos con todo lo que se pueda encontrar, por supuesto, de manera mal habida; antes, generalmente tras una conquista o incursión de bandoleros asaltantes, hoy, a través del poder de un sistema neoliberal impuesto a la fuerza, con el respaldo de una impresionante maquinaria militar y que con el Sr. Donald Trump, nuevamente el saqueo se ha convertido en una práctica de barbarie y de apropiaciones de las riquezas a la fuerza.

En Panamá, llegó esa barbarie y la Black Rock es uno de esos poderes que ya se apoderó de los Puertos más importantes del país y se preparan para ir por el Canal y los recursos mineros, en donde no importa lo que haya dicho este pueblo o la propia Corte Suprema de Justicia.

Estamos ante el resquebrajamiento de nuestro Estado de Derecho y rumbo a perder el país. A la formidable velocidad en que se están desarrollando las cosas, no me extraña en lo absoluto que intenten convertirnos con mucha complicidad del patio en una colonia más de Estados Unidos. A los panameños patriotas solo les queda invocar el artículo 305 de la Constitución Política de la República de Panamá aun chocando con el propio gobierno nacional. No Hay más nada que hacer. Ya verán y después no digan que nadie dijo.

El autor es periodista, analista y escritor

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