78 aniversario de la Federación de Estudiantes de Panamá.|

En día como hoy después de una jornada de lucha de los estudiantes en 1943, se funda la gloriosa Federación de Estudiantes de Panamá (FEP), que contribuyó de manera decisiva en las grandes jornadas por la soberanía y la dignidad nacional.

En honor a esa jornada de lucha, que forjó a una juventud antifascista, anti-imperialista y antioligárquica, se estableció el 27 de octubre como el día del Estudiante Panameño.

Que no se proscriben las organizaciones estudiantiles; donde se debe cultivar el ejercicio responsable de la democracia y la ciudadanía. Que no se confronte a los jóvenes con represión, sino que se les oriente y que no pretenda ningún gobierno, acallar la voz noble y sincera de una juventud idealista, que no merece que se le atropelle, sino que se le abran las alamedas para que caminen sus sueños y transite su esperanza.

Así, como algunos sectores claman por la apertura de cantinas, bares y garitos, debiéramos a la luz de la casi inmunización de rebaño que tenemos, abrir nuestros centros escolares, para volver cumpliendo todas las medidas de bioseguridad, a la inmediación presencial, tan importante en el proceso enseñanza-aprendizaje, porque la esperanza del país, está situada en esa juventud que hoy se levanta como el relevo histórico y deben estar preparados para poder materializar sus sueños y anhelos, porque no podemos seguir cohonestando la más grande negligencia, desde 1979, en donde, se destruyó por mezquindad un plan y un sistema educativo con metas claras y hasta ahora, 42 años después, no hemos sido capaces de llenar ese vacío, generando un profundo vacío en dos generaciones que se levantaron como arrieras sin pestañas, sin saber para dónde caminar en medio de la confusión, y se convierten hoy en pasto de los carroñeros y corruptos que han atracado a la nación para satisfacer sus  desmedidas apetencias motivadas por la insana avaricia.

Hoy, a los estudiantes panameños, les corresponde seguir escribiendo hermosas páginas de historia para lograr una sociedad justa y digna, de oportunidades para todos, para lo cual, es necesario lograr una educación liberadora, que forje panameños dignos, de amplias capacidades, con valores y principios de decoro y decencia en donde la libertad y la paz sean bienes que se cultiven a través de la justicia y que nunca nos haga falta el Amor a Dios y a nuestro prójimo.

¡Así de sencilla es la cosa!