Por Ramiro Guerra M. Abogado y cientista político.
La independencia de las ex colonias de España. Una interpretación distinta para entender dicho proceso. Justamente, las colonias constituyeron el eslabón débil, de una España, que llegó tarde o más preciso, del capitalismo menos desarrollado de la Europa. Comparado con Inglaterra, Francia y Alemania, España quedó rezagada en cuanto a desarrollo hacia el capitalismo. Sus colonias, fueron sometidas a una condición de proveedoras de metales preciosos cuyo destino sostener la monarquía, improductiva y mucho de parasitaria.Lo anterior generó en la clase criolla de la región que, imbuida del pensamiento libertario de los ideólogos y filósofos de la Francia de la época, fue dando coherencia y sentido a la lucha por la ruptura con la metrópolis monárquica española. En este escenario, la causa independentista se fue consolidando. Sus dirigentes, provenientes del criollismo, dada la miseria en que estaban los grupos sociales subalternos y empobrecidos, facilitó la organización del o los ejércitos libertadores.
España se quedó sola en el mundo europeo. El capitalismo europeo, allende a la España monárquica, desde lejos observó como España se derrumbaba; con ello se perfilaba una versión diferente con las recién colonias independizadas. En vez de metales preciosos, nuestras naciones pasaron a ser el granero de un capitalismo de mayor proyección comercial. Con razón, algunos cientista sociales, afirman que el desarrollo del capitalismo europeo, dejando a España por afuera, significó el subdesarrollo de las nuevas naciones emergentes. Con la independencia, Panamá quedó inserta en ese proceso e hizo parte de ese conglomerado de naciones, que representaban el eslabón débil, del país menos desarrollado de la Europa de la época, como lo era España. La, o las causas, fueron las mismas en todas las colonias, aunque en el caso nuestro, la forma no se concretó en el protagonismo de un ejército independentista. Pero irrelevante, lo importante, la chispa de la necesidad de independencia y libertad, llegó a nuestras tierras y al igual que en los otros procesos en la región, el criollismo y sectores comerciales, abanderaron la causa libertaria.
Hoy a 200 años del bicentenario, se afirman hechos y testimonios, que dan cuenta que nosotros, a nuestra manera, fuimos parte de esas epopeyas que abrió curso a naciones emergentes. Se ha hecho camino al andar, pero que la fecha sirva para entender hoy, que hay desafíos y tareas inconclusas, de cara a un verdadera nación y estado soberano independiente.
Formas novedosas de neocolonialismo se afincan en nuestra región, lo que sugiere que la lucha por perfeccionar la independencia, sigue siendo una asignatura pendiente.
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