Por: José Dídimo Escobar Samaniego
El secretario general de la OTAN consideró además «absolutamente inaceptable» la detención en China de dos ciudadanos canadienses, Michael Kovrig y Michael Spavor, por cargos de espionaje, pero olvida que hace dos años y medio, a solicitud del Gobierno de USA, Canadá detuvo a Meng Wanzhou, vicepresidenta y heredera de la multinacional de tecnología china Huawei, añadiendo más tensión a las difíciles relaciones entre Estados Unidos y Pekín, que están desde hace cuatro años sometidas a una profunda e insensata guerra comercial, misma que ha afectado a la economía de esos países y de la economía mundial.
Washington buscó un pretexto para bloquear a Huawei, líder en tecnología 5G y 6G, rama tecnológica en la que Estados Unidos ha quedado rezagado respecto a China y lejos de reconocer el éxito chino, ha preferido denostar y desprestigiar a China y acusarla de cuanto cargo se le ocurra.
China lo que ha hecho es reaccionar ante la conducta de Canadá de cohonestar un claro delito de retención ilegal de una ciudadana suya, utilizando un pretexto traído de los cabellos. Muchos países, como el nuestro, tienen que “tragar sapos” cuando se violentan los derechos de nuestros ciudadanos, pero China sí tiene la capacidad de retaliación y Estados Unidos no está acostumbrado a ser sometido a un trato igualitario.
En este caso, la posición de los 7 y la OTAN, ejemplifica como pocos, el verdadero terreno en el que se desarrolla la disputa entre las dos superpotencias: la lucha por el control del desarrollo tecnológico global en los próximos años.
Por su parte China ha expresado su respuesta al conocer el texto de la Posición de la OTAN y el G-7, señalando que: «Han quedado atrás los días en que las decisiones globales eran dictadas por un pequeño grupo de países»
¡Así de sencilla es la cosa!
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