Por: Ramiro Guerra. Abogado y Cientista Político.
Secula per seculorum. Lo contradictorio, en el programa de gobierno del actual gobierno, se prometieron soluciones para estos problemas. Y por los vientos que soplan , aires electorales, estos temas volverán a ser temas de campaña. Y para reconclavar, tenemos una oposición política, que no propone nada. Sencillamente es electorera. Lo más grave, problema , el vacío que se produce, por la ausencia de un movimiento popular, que padece el síndrome de la división.
El fragmentarismo a la orden del día. En el horizonte, se vislumbra el mas de lo mismos. El más grande aliado de un gobierno y el poder económico y político, es la desorganización del pueblo. No pasa de la conciencia en sí hacia una conciencia para sí.
Como si la nación perdió el sentido de propósitos igual los sectores subalternos. Estamos atrapados en ese fenómeno de una sociedad líquida; fluye en un devenir y nada concreto ni sólido.
En el lenguaje marxista, no hay sentido de lo concreto y de un hacer mediador, de replantear todo sobre la base de un acción ciudadana que se expropia del sentido del cambio y la transformación. Reitero, la invasión del 20 de diciembre, no solo fue brutal en su aspecto militar, sino que en la matriz de tal vil y canalla evento, traía un engendro de proyecto político, reaccionario y en consecuencia nada progresista y de liquidación del ser nacional. El neoliberalismo afianzó su reinado y desde entonces, no ha habido gobierno que aunque mínimamente haga la diferencia. Como he escrito, la autocrítica, sigue siendo una asignatura pendiente.
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