Eduardo A. Reyes Vargas
Independiente y lamentable de que nuestro Gobierno no haya practicado políticas austeras de eliminar gastos innecesarios en los compromiso gubernamental (viajes, pago de celulares, curso innecesarios en el exterior, gastos de gasolina etc.), además de las consecuencias funestas del alza de combustibles, se realizan prácticas en el sector educativo, que deben suspenderseCon los escuálidos salarios que devengan, si los devengan, los padres de familias pareciese que en algunas aulas escolares vivimos tiempos de bonanzas
Pedir a los alumnos para gastos como canastillas, uniformes o vestidos para celebrar alguna etnia u otras actividades superfluas es realmente indolencia.
Ya los diferentes estudios revelan la mala educación que reciben nuestros alumnos, sobre todo en el sector público.
Grave es que los estudiantes no sepan interpretar sus lecturas, muy grave, y la incapacidad de comprender que es vital para todo. Se fortalece esta situación limitando su buena alimentación y acrecentando sus tensiones económicas.
Sin olvidar las secuelas del neuro – desarrollo en la primera infancia que se ha demostrado altera esa capacidad de aprendizaje, incrementar gastos a los estudiantes y padres de familias, que están limitados en su nutrición es absurdo.
Solo lo que mejore su formación y que con vergüenza se exija una cuota adicional mas allá de matrículas seria un poco menos intolerable.
Padres de familia, educadores y sus directivos deben comprender que, Panamá atraviesa una lamentable situación económica agravada por el alza del combustible y su efecto dómino.
Declaren un cese a esas peticiones absurdas hasta que Panamá mejore para todos, sus índices económicos-
Favor más compasión y clemencia para estos hermanos de Panamá, en pobreza.
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