El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Por Ramiro Guerra M. Abogado y cientista político.
Recién el ministro de economía y finanzas, señaló que el proyecto de presupuesto para 2023, asciende a 27 mil millones. De los cuales 4 mil millones y algo más, destinado a honrar deuda externa.
Cuando un gobierno presenta un presupuesto de gastos e inversión para un año, eso no significa, que se tienen los recursos (dineros) para sufragar tal presupuesto.
Veamos: 1. ¿De dónde provendrán los recursos para cumplir con lo presupuestado? 2. De más deuda. Seguramente, por el hecho del grave déficit fiscal. A menos que se promuevan políticas de fuerte ahorro interno y en ella contención del gasto. O se implemente políticas a mejorar la recaudación tributaria, entre ellas lo relativo al impuesto progresivo. Para este último, ninguna posibilidad, el gobierno cuando del poder económico se trata, pone en evidencia su nula voluntad política.
Lo anterior, retrata fielmente los escenarios (los mismo) de lo que hemos tenido hasta hoy. Trágico para un país, que financie su presupuesto con deuda y más deuda.
Los panameños estamos pagando lo desacertado con que se ha venido manejando la economía. La estructura del pésimo reparto desigual, está intacta.
Una digresión. La coyuntura de la mesa del diálogo único, le llegó su parte aguas: el tema de los medicamentos. Queda expuesto los límites del poder político con relación a los grandes del negocio.
A propósito, el CONEP, ignora lo que señala la constitución o le resbala. Hay dos a tres artículos que le facilitan al gobierno tomar o asumir políticas con relación a la economía, la distribución con equidad y la regulación de precios. Amenazan con demandar los decretos del gobierno con relación a la canasta básica.
Reitero mi preocupación en torno a la deuda externa. Ojalá me equivoque, las Ifis, nos pasaran facturas. A mis compatriotas, Dios los bendiga.
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