POR: GONZALO DELGADO QUINTERO
Adela Panezo Asprilla, de origen colonense, reside en la provincia de Los Santos, donde ejerce como profesora de Enseñanza media. Acaba de escribir una página de dignidad frente a la genuflexión y el entreguismo de algunos malos latinoamericanos.
Sorprendido, observaba entre los tantos videos que me llegan a mi celular a través de diversos contactos, cómo una panameña, que vive en la provincia de Los Santos, daba una lección de honestidad al mundo a través de su presencia y participación en la IX Cumbre de Las Américas. Ella es Adela Panezo Asprilla.Habían trabajado ella y dos más en una exhaustiva investigación de las diversas regiones de América, y por su esfuerzo, fue asignada como Coordinadora del Grupo de Gobernabilidad Democrática de Mesoamérica. Y llegado el momento, también le fue dada la Vocería Oficial ante la IX Cumbre para la presentación de la síntesis sobre esas subregiones que además de Mesoamérica, también representaba a Suramérica, el Caribe y Norteamérica.
Adela Panezo Asprilla sustenta que ella no abandonó la IX Cumbre, que solo renunció a la Vocería Oficial, para solo mantener la vocería de Mesoamérica. Dijo que esa decisión fue motivada debido a que cuando inició la Cumbre, con la sociedad civil había un panel sobre democracia “y como realmente lo que ellos decían que era democracia, para mí no es tal, yo pregunté que para ellos qué era democracia…hablaban de democracia, pero decían que los únicos países que no eran democráticos eran Cuba, Venezuela y Nicaragua y que los países donde hay corrupción, falta de transparencia, intereses particulares y problemas sociales sin son democráticos”.
Este gesto de honesta dignidad de Adela Panezo, que hace frente a la hipocresía diplomática que promueve Estados Unidos y sus adláteres económicos amanuenses latinoamericanos, que nada más defienden intereses creados de los grupos económicos nacionales y del poder transnacional, solo tratan de legitimar con reuniones y encuentros como la IX Cumbre, el resultado negativo de todas las medidas erróneas que por décadas han insistido en imponerle no solo a los países de América, sino que ahora las imponen a nivel global, izando el seudo estandarte de la democracia.
Felicitamos a esta valiente panameña. Primó en ella, el criterio y la convicción de que primero es el deber y los intereses de los pueblos. Que la democracia en su más profunda acepción debe ser cada vez más participativa y menos excluyente. Que la democracia empieza por resolver los problemas sociales y no por el pensamiento mezquino y egoísta de la observancia de que el valor de las personas se puede medir en función de sus posesiones. En eso de “cuanto tienes, cuanto vales”. Pero sobre todo, quedó demostrado el criterio excluyente de una supuesta cumbre de integración de los pueblos americanos. Felicitamos a la profesora Adela Panezo Asprilla.
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