Por: Pedro Rivera
Creo que no habrá que esperar mucho tiempo para que eso ocurra. Ya las autoridades administrativas de esa vía interoceánicas prevén la necesidad de buscar nuevas fuentes hídricas para mantenerla operativa y competitiva, y estar en capacidad de enfrentar las competentes ofertas de otros países de la región, países cuyoc gobernantes que no son mancos.
Eso nos pasará si, como lo hemos hecho una y otra vez, desde siempre, seguimos empeñados en mantener un modo de vivir que nació capado, es decir, castrado, unidimensional, transitista clientelar coimero, egoísta, oportunista, depredador, traga agua, estructural sobre el que se articula la economía panameña, es decir, un sistema que, por ser sistema, es duro de matar.
Repito: son las estructuras, las raíces, la identidad individual y colectiva, los valores culturalmente codificados, la ética, las costumbres, llamémoslo como ustedes quieran que las llame, no es el hombre, no los gobernantes transitorios, no uno porque sea malo, o porque todos sean más malos que Caín, lo grito a todo pulmón: ¡es el modelo de vida psico sociocultural económico sobre el que se fundamenta el Estado y la nación panameña! Los modos y relaciones de producción como diría mi maestro de economía [demócrata cristiano para que les pique].
Todavía los hegémonos panameños se niegan a aceptar que lo que debe cambiar es el sistema psicosociocultural transitista el que cada vez es más parecido al haraquiri.
El futuro está en la agroindustria, en la soberanía alimentaria, en la neutralidad, en la inclusión, en mirar el país desde y hacia dentro, en no caer en el mangoneo geopolítico, ni en la trampa del “crecimiento económico” sin la multiplicación de los panes, cuando lo que se tiene que hacer es crear riqueza y repartirla mejor, tributar al Estado de recursos para que retornen como ganancia de iniciativas sanas. ¿Quieren jugar vivo? Sí, jueguen vivo, pero jugar vivo no es saquear al Estado y sino fortalecerlo.
¡Por lo menos tomen en serio el sistema que han creado y sigan sus reglas, ño! No jueguen a kamikazes. Observen lo que pasa en el mundo y en la vecindad… No se la rifen por unos dólares más.
La cuestión ahora es que, si no encontramos suficiente agua dulce para transportar barcos de un océano a otro, si no la conservamos y procesamos ni siquiera para para beberla, o para regar las plantas del jardín, o para saciar la sed de las vacas, o para cocinar arroz, lavar los trastes y cepillarse los dientes, lo que ya está ocurriendo, no solo nos llevará Candanga sino el tongo del paraguas que anda por ahí.
5 Hay varios Likes:) Gracias...