Por: Geraldine Emiliani
Psicóloga Clínica y Terapeuta Familiar y de Pareja
Este es el testimonio de Miguel, que a sus 18 años no guarda silencio sobre el comportamiento de su amiga bajo el control del alcohol:»Yo estaba con mis amigos cuando ella llegó. Me acuerdo que me saludó de manera muy efusiva. Es súper bonita, la conocí hace un tiempo y me llamó la atención su forma de ser tranquila y femenina. Desde el minuto en que llegó, me pareció muy extraña. No se despegó de la barra. Llevaba ya un tiempo bebiendo cuando de repente comenzó a gritar, a saltar y a bailar vulgar. Atraía a algunos y le perdían el respeto. Siguió tomando. Bailaba con sus amigas, empujando y riéndose de manera poco femenina. De pronto se cayó entre gritos y burlas de los que la rodeaban. Las amigas ni se dieron cuenta porque coqueteaban con otros manes también ebrios. La levanté, la tomé en brazos y la saqué de ahí. La dejé en su casa. Sentí una especie de rechazo, una gran desilusión. Pero también me dio pena porque el problema no está en el trago, sino en ella. El lunes me saludó como si nada. Y el fin de semana siguiente, increíble, igual de borracha”.
Efraín, de 15 años nos comenta: “Como un adolescente más, fuimos a bailar. Era mi primera vez que asistía a una discoteca. Creo que tendría unos 13 años en ese entonces. Desde aquella ocasión comprobé que hay de todo. Desde el consumo de drogas entre mis amigos y, que las mujeres toman sin ninguna inhibición. Y cuando ellas pierden el control… crece el descontrol”.
Massiel de 18 años que no deja de divertirse, al respecto nos dice: “La barra está repleta. A nadie le piden identificación. Casi todas las mujeres tienen un trago en la mano. Al correr la noche les cuesta caminar o, están con la mirada perdida. La mayoría están realmente borrachas. Las mujeres bailan más sueltas”.
“Chupas hasta la una para llegar bien a la casa después de las tres de la madrugada. Además se puede usar una pastilla de menta o un cigarro para que los papás no sientan el olor. Y, como están dormidos, ni se dan cuenta», expresa Carolina de 16 años.
Quizás no hay nada nuevo bajo el sol y, la juventud siempre ha sido igual. Pero lo que está claro es que ahora, en las fiestas -públicas o privadas- se ve algo que antes no se veía: las mujeres tomando. Solía dictar charlas sobre la ingesta de alcohol en colegios a nivel secundario. Cuando pregunto, -¿Quién se ha emborrachado?- un porcentaje importante de adolescentes levantan la mano. Ellas sienten la aprobación social, lo que antes era privilegio del hombre.
Según, los relatos de estas jóvenes, las adolescentes toman por lo mismo que los hombres: curiosidad, influencia de grupo, sentir mayor autonomía, ser adultos. Pero, si nos preguntamos, para qué toman, es distinto. Toman para hacer cosas que sin alcohol no se atreven. Buscan desinhibirse para establecer contactos con los hombres. En la adolescencia es muy fuerte el deseo de explorar su cuerpo en relación con el hombre y, poner a prueba su capacidad de relacionarse emocionalmente.
Al parecer, el alcohol las ayuda en su búsqueda. La desinhibición que produce les da esa sensación de libertad, pueden hacer más cosas. Pero, la verdad es que son menos libres porque no son conscientes de lo que hacen. Como resultado, al día siguiente no sienten culpa…”fue por culpa del alcohol”, señalan.
El mundo ofrece a los adolescentes modelos femeninos como las famosas actrices que tienen una vida sexual precoz, que consumen drogas y alcohol y, que son muy atractivas para ellas, pues encarnan a la perfección, son bonitas, tienen personalidad… “Hagamos lo que ellas hacen”. El hecho de que las fiestas sean en un lugar público, hace que todos sean iguales, ya nadie tiene ventajas por saber cómo se llaman o, de qué colegio es. Entonces hay que sobresalir por algo, tener más personalidad, y la ingesta de bebidas alcohólicas ayuda.
Algunos publicistas interpelan a los adolescentes porque los consideran un mercado importante y saben que mientras antes se les incorpore el hábito, más fácil será que sigan consumiendo cuando adultos. A la vez, en el comercio se les vende alcohol como si fueran adultos, hay bares abiertos, y mayor permisividad legal, y una falta de ética al vender una droga a personas que todavía no son adultas, que aún no tienen estructurado su mundo de valores, y tampoco su estructura emocional.
Para tranquilidad de los padres, la mayoría de las adolescentes tienen una vida normal, estudian, no tienen una vida sexual promiscua, y cuando toman una copa, no quedan ebrias. Mientras más tardío es el consumo hay mayor autocontrol.
Para tener en cuenta
Un vaso de vino en el hombre, se demora entre 45 minutos a una hora en metabolizarse. En la mujer, entre una hora o una hora y cuarto. Biológicamente la mujer absorbe el alcohol más lento, por lo que le da vueltas en la sangre más tiempo. Eso significa que el alcohol causa estragos en las mujeres si se toma otro trago antes de una hora y media.
Tomar lento, porque así el hígado tiene más tiempo para metabolizar. Si se bebe al seco se inunda el sistema biológico de alcohol, y el hígado no tiene tiempo para reaccionar.
Hay que comer antes de tomar te protege de los efectos del alcohol. Una cerveza con el estómago vacío, embriaga con más facilidad.
El riesgo de manejar con trago, o subirse al auto de un amigo que se sabe que ha tomado, es evidente. Para alcanzar a frenar y no chocar, se demora, desde que se ve el objeto hasta que se frena, 0,5 segundos. Con una cerveza chica es 0,7 segundos y, eso equivale a un choque. ¡Evítalo! Si no puedes…busca ayuda.
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