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Alerta Mulino, Sobre Alto Costo Eléctrico En Panamá

Por: Gonzalo Delgado Quintero

 

Así como lo fue la lucha por el Canal de Panamá, también la energía eléctrica, incluso, fue una de las primeras de las conquistas patrióticas que se logró en 1972, cuando se nacionalizó la compañía norteamericana Panama Power and Ligth Company o Fuerza y Luz (en español) y se inició la reorganización que creó el Instituto de Recursos Hidráulicos y Electrificación (IRHE) y con ello, el sistema eléctrico nacional con la ejecución de grandes proyectos estratégicos como las hidroeléctricas, porque hasta entonces, lo que había en Panamá eran pequeñas plantas que funcionaban con combustible importado y con sistemas aislados en ciudades de algún nivel de importancia que solo cubría ciertas horas al día.

La nacionalización y posterior desarrollo del sistema eléctrico regentado por el IRHE, fue un acto valiente que para siempre se marcó con el acto histórico de nacionalización de la energía y por igual, las comunicaciones que después se organizó a través de la empresa estatal conocida como Instituto Nacional de Telecomunicaciones (INTEL).

El hecho de haberle quitado, igual que se hizo con el Canal, las bases militares y los Puertos, también la energía eléctrica a esa empresa norteamericana Panama Power and Ligth Company, tal cometido además de un acto patriótico, permitió la transformación del país de una manera impresionante, porque antes de esta trascendental decisión política que marcó un antes y un después para Panamá en materia de modernización y soberanía energética, el país estaba sometido a los caprichos de esa compañía extranjera, además, resultaba un privilegio contar con tal exiguo suministro eléctrico.

Para entonces en Coclé, solo el 15 por ciento de las viviendas recibían energía muy limitadamente, unas cuantas horas al día, lo que significaba que el 85 por ciento de las casas se alumbraban con guaricha. En Chiriquí solo tenía el 36 por ciento; Darién el 14 por ciento, Herrera el 18 por ciento, en Los Santos el 11 por ciento y en Veraguas solo un ocho por ciento.

El liderazgo del IRHE fue forjando una institución portentosa y formidable con un equipo humano de la más alta calidad técnica que permitió que se democratizara la energía eléctrica, lo que permitió que en cada rancho hubiese un foco.

Sin embargo, nunca cesaron las campañas contra el IRHE. Quizás porque la gente pobre tuvo acceso por primera vez la luz eléctrica y a las comunicaciones baratas. Incluso entonces, las campañas decían que la electricidad en Panamá era la más cara,  cuando no era así. Hoy, con la  privatización, si es la más cara de toda la región y los panameños están pagando una exorbitante facturación, como nunca antes. Y aunque la generación hidroeléctrica es de 67 por ciento en el país que se produce a un costo menor de tres centavos el kilowatt hora, el panameño, sin embargo, lo pagamos a más de 20 centavos lo cual indica que la empresa transnacional se está embolsando alegremente más de siete veces el costo de generación y eso es sencillamente inaceptable e inmoral. Eso ha provocado que muchos hogares en el campo hayan vuelto con guarichas y mechones, desmejorando su calidad de vida.

El desmantelamiento del IRHE y su privatización vino a convertirse en una permanente angustia para el pueblo y un asalto perverso al patrimonio del Estado o sea a todos nosotros y cuyo único fin, de enriquecer a grupos privilegiados del poder económico tanto extranjeros como nacionales, creadores de las desigualdades que cada ensancha cada vez más la gran brecha que ya existe entre ricos muy ricos y pobres cada vez más pobres en el país y que en el reparto de las riquezas somos medidos como una de las naciones más vergonzosamente desiguales del planeta.

Las cinco principales hidroeléctricas que construyó el IRHE, utilizan un volumen total de aguas turbinadas al año de 7,988 Millones de Metros Cúbicos (MMC) para generación eléctrica. La Comisión del Canal de Panamá emplea un volumen de 4,584 MMC al año, para los fines de navegación, mientras que el IDAAN utiliza 4503 MMC al año, para el consumo humano. O sea mucho menos a nivel nacional.

Queda claro que las hidroeléctricas que construyó el IRHE consumen cerca de 8 mil millones de Metros Cúbicos y generan más de 1,000 MW de potencia, pero le pagan a Panamá una bicoca por el uso del agua turbinada. Fortuna por ejemplo, paga 8,867.60 Balboas por miles de millones de Metros Cúbicos de agua, es decir, un pago irrisorio; Bayano, paga apenas 16 mil Balboas. A Panamá le corresponde, sin embargo, atender el manejo de las cuencas hidrográficas que son utilizadas exclusivamente por los generadores privados, especialmente AES, que es el nuevo monopolio energético en Panamá, a través del presupuesto nacional asignado al Ministerio de Ambiente lo que es un atraco a favor de estas entidades privadas, dueñas del 49 por ciento de las acciones, no obstante, bajo una tolerancia inexplicable que rompe toda regla civilizada y todo fundamento de derecho.

No se explica ni se sustenta con ningún criterio lógico, que estas empresas con acciones minoritarias, sean las que administren las susodichas empresas, que solo generan corrupción a través de salarios bochornosamente altos. Una persona allí gana por supuesta asesoría y gerenciación, hasta 50 mil Balboas mensuales y que no se declaran en la República de Panamá, y que por tanto, es evasión fiscal perversa, no declaración a la Caja de Seguro Social y demás. Esto causa un hoyo negro en donde desaparece toda posibilidad de justa participación de Panamá.

A Panamá solo le corresponde hacer frente a los gastos de modo que a la hora de repartir utilidades y beneficios las mismas son ridículas en comparación con lo que se llevan los capitales extranjeros. Y esa complicidad silenciosa de las autoridades panameñas se ha extendido por más de 25 años, de semejante asalto al patrimonio nacional. No defienden los intereses nacionales y por ello, deben ser investigados todos y procesados penal y civilmente en esta modalidad de saqueo del patrimonio de la nación.

En esas investigaciones y posibles procesos de investigación también se deben incluir a las empresas concesionarias generadoras hidroeléctricas que no pagan o pagan sumas irrisorias por el agua que usan que producen vergüenza ajena decirlo que nos puedan escuchar afuera.

Por ejemplo, en estos momentos en el corredor norte hacia Chilibre se dio la terminación de una nueva línea de transmisión de alto voltaje. Todo ha sido con recursos del Estado, solo para favorecer a una empresa privada que se estableció en Colón y somos los panameños los que le debemos facilitar la manera de que nos asalten a manos llenas.

Es notorio que los candidatos a la presidencia, no se pronuncien sobre la realidad energética que tenemos, muy parecida a la que teníamos con la Fuerza y Luz, por su monopolio y por el costo que, en un estudio serio y reciente, representa la energía más cara de todo el continente.

Ello nos obliga a buscar la manera para volver a estatizar la energía y las comunicaciones, porque en manos privadas, lejos de abaratarse, se encareció a niveles insostenibles para los panameños y los campos ahora se ve obligados a volver a las guarichas para alumbrarse.

Documento preparado por Gonzalo Delgado Q.

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