Los que esperaron un debate de ideas y propuestas antes que las descalificaciones, se quedaron esperando.
En la noche del pasado lunes 26 de febrero, los candidatos a presidente de la república, con la ausencia de Ricardo Martinelli y bajo el patrocinio del Tribunal Electoral y las televisoras controladas por los poderosos sectores económicos, se desarrolló el Primer debate presidencial, cuyo formato tal vez, contribuyó a enrarecer un debate de ideas y donde las descalificaciones tuvieron a la orden del día.Por ejemplo, el problema de la seguridad lo ven como un tema de asignación de recursos a la policía, olvidando que el Ministerio de Seguridad le esta asignado una suma de más de mil millones de balboas, no obstante, ahora el país es menos seguro que antes. La ciudad está llena de cámaras, pero nadie advirtió que la seguridad está directamente vinculada a la desigualdad social, a un modelo económico en donde el dinero es símbolo de éxito independientemente de cómo se obtiene y el narcotráfico y sus negocios conexos, como el lavado de dinero, florece como dormidera en potrero.
No hubo ninguna propuesta de profundidad sobre el tema de la educación, Salud, Costo De La Vida, Caja Del Seguro Social, Canal De Panamá Y Sector Logístico, Corrupción, Agua, Energía, Empleo, Reformas Y Modernización Del Estado, todo fue tratado en forma superficial.
La Profesora Maribel Gordón, candidata independiente, Zulay Rodríguez en igual condición, Martín Torrijos Espino, candidato por el partido Popular, fueron los que mejor desempeño tuvieron entre el resto de los participantes. La Profesora Gordón fue la que expuso con mejor contenido las ideas. Por su parte, la experiencia de Martín Torrijos, le permitió hacer gala de más carácter y comprensión de los grandes temas nacionales
Ricardo Lombana, por el partido Otro Camino había expuesta bastante bien sus ideas, hasta que a profesora Gordón lo confrontó y quedó desviando el debate hacia temas como la democracia en forma general, temas que nadie está discutiendo.
El Candidato Melitón Arrocha, independiente, llegó a desafiar la decisión de la Corte Suprema de inconstitucionalidad de la Ley 406 que aprobaba el Contrato minero, y expresó que no la reconocería, lo cual es una actuación con amplio desatino antijurídico, porque todos los ciudadanos están obligados a acatar esa decisión que, es final y no admite desacato, y señaló que llamaría a un plebiscito para permitir que siga la minería a cielo abierto, lo cual lo desnuda como uno de los candidatos patrocinados por la empresa minera First Quantum, empresa que se entromete en los asuntos internos que son de privativa competencia d ellos ciudadanos panameños.
El Candidato del Gobierno, Gabriel Carrizo, podría ser el más desatinado en sus intervenciones, huérfanas de argumentos, más allá de respaldar la gestión de gobierno actual, de la cual es parte.
Rómulo Roux, por su parte aún no resuelve su situación de que no se allana a las disposiciones constitucionales que resuelven la restitución de su condición de ciudadano panameño para poder ejercer plenamente sus derechos políticos, porque a pesar de ser abogado, desconoce las normas constitucionales que son el remedio para su situación. Es en la actualidad ciudadano norteamericano. Este candidato es el abogado de la empresa minera y declaró en el pasado reciente, que todos los que querían el cierre de la empresa minera, estaban “hablando paja”.
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