Narrativa corta.
Por Ramiro Guerra.
Llovía como nunca antes. Había pasado semana y media y las lluvias no daban su brazo a torcer.
En el pequeño poblado, se comenzó a oír de manera repetitiva, los avemaría y los padre nuestros.
Faltaba un día para el mes de lluvia. Poco a poco iba dejando de llover.
Me partió el alma, observar que cientos de hectáreas de producción de banano, parecían un cementerio.
Para rematar, la compañía, alegó pérdidas y dejo a sus trabajadores en la intemperie.
Pasaron dos semanas, el sindicato declaró la huelga. Hoy recuerdo, el mas grande acto de solidaridad entre los trabajadores con su sindicato a la vanguardia.
Como premio, el gobierno de la época, con Marco (rifle) Robles, envió a Puerto Armuelles, el destacamento de los Pumas. Los trabajadores y todo el pueblo, resistió.
Desde esa época, (6 años) aprendí que luchar es un derecho y el más grande deber.
10 Hay varios Likes:) Gracias...