El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Por: Profesora Dalia Morales
En ese período nefasto de nuestra historia, la ministra periodista Lucinda Molinar monto una campaña de persecución, hostigamiento y destitución directa a la dirigencia de la ASOPROF, destituyó a Dany Gallardo, Abdiel Becerra, Andrés Rodríguez, Felipe Yáñez, y otros miembros fueron trasladados a áreas de difícil acceso.Testimonio histórico
La persecución fue tan cruel contra la dirigencia magisterial que se dio un levantamiento de expedientes perversamente amañados. Recuerdo aquel fatídico día del 11 de julio cuando de manera premeditada y con alevosía se dio orden de cazar como si fuéramos animales a los miembros del comité ejecutivo de ASOPROF. Se sitió el hotel Soloy, donde había un encuentro de dirigentes del cual estaba en pleno el comité ejecutivo de ASOPROF quien decide ir en primera línea en esta acción, la cual era una marcha pacífica y en efecto se avanzó unos metros cuando vimos con asombro como los miembros del aparato estaban en la azotea, puente elevado, en las aceras en todas partes y nos persiguieron, lanzándonos al suelo, y aún sometidos nos seguían reprimiendo salvajemente sin misericordia, con odio y desprecio al pueblo honesto y trabajador, después nos llevaron al campo de concentración era un área donde estaba cercada con alambre de púas, y allí compartimos con cientos de compañeros y compañeras de todo el país, esposados, sin atención médica, sin las mínimas condiciones.
La Sra. ministra negó que se hubiera detenido a los dirigentes de ASOPROF, entre los que pude ver a Arnulfo Montilla, Raúl Vega, y otros que fueron llegando, para los que lo dudan, nosotros estuvimos allí y vivimos todo este horror ya que fuimos detenida con una cesárea de tan solo unos meses, arrestada, perseguida, esposada, y llevada este lugar; CAMPO DE CONCENTRACIÓN, ni siquiera en el NORIEGATO se había maltratado a docentes como en este período triste, vergonzoso y repudiable dirigido por la Sra. Lucinda Molinar y Ricardo Martinelli.
Así maltrataron a los docentes panameños, los que ahora quieren erigirse como alternativa de los que dicen que robaron pero hicieron.
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