Por: Adela Panezo Asprilla.
Docente en el Instituto Coronel Segundo de Villarreal.
La Villa de Los Santos,
Hoy, llegamos a 10 días de la huelga nacional, que inició con las demandas de los educadores por su descontento ante el alza del precio del combustible y la canasta básica familiar, haciendo insostenible la vida en nuestro país.
Ya antes, el 19 de mayo de este año, los educadores en conjunto con otras organizaciones sociales, que conformaron la “Alianza Pueblo Unido por la Vida”, habían presentado un Pliego de Peticiones sobre los problemas que aquejan al sector educativo; como lo son las malas condiciones de muchas escuelas públicas, el pago de deudas pendientes a los docentes y el aumento al 6% del presupuesto de la educación (que es una petición desde hace mucho tiempo de los educadores), entre otras solicitudes.
El 1 de julio, preocupados por la crisis económica, que cada vez se agrava más y la falta de soluciones efectivas por parte del gobierno nacional, los gremios magisteriales, universitarios, transportistas, de productores, pescadores, abogados y comarcales, se unieron en la conformación de una gran “Alianza Nacional por los Derechos del Pueblo Organizado” (ANADEPO)
Sin embargo, la no atención a las demandas presentadas en mayo, fue haciendo que los educadores se llenaran de indignación y el alza sin control del combustible, motivó a que desde la semana pasada esta lucha que iniciaron los docentes panameños con la consigna de “un educador luchando, también está educando”, motivó la participación de muchos sectores del pueblo, entre ellos de los estudiantes, que han salido a las calles a caminar con sus profesores, considerando de qué vale estar en las aulas sin las condiciones adecuadas para una educación de calidad y en óptimas condiciones.
Las respuestas que ha dado el gobierno nacional, primero en la mesa de negociación en Veraguas y luego, el Presidente de la República han sido consideradas insuficientes por los que estamos en las calles exigiendo de parte del gobierno respuestas claras y concretas.
Las altas autoridades de nuestro país no han entendido que el pueblo exige, con la rebaja del combustible y del costo de la vida, un alto a la corrupción, la transparencia en las finanzas del Estado, el derecho a una vida con dignidad, que pasa por la solución de los problemas que desde hace mucho tiempo venimos sufriendo la población, especialmente la marginalizada, como lo son el derecho a una educación y salud de calidad, que plantea bajar los precios de los medicamentos, porque Panamá tiene suficientes recursos para acabar con estos males.
Pero es la verdadera falta de voluntad política lo que lleva a las autoridades a presentar medidas, que ellos mismos saben, son cosméticas y como dice el pueblo “pan pa’ hoy, hambre pa’ mañana”.
El señor Presidente de la República no puede esperar que la población en lucha acepte por bien las medidas planteadas, cuando no ha tenido la cortesía de sentarse a dialogar con los dirigentes de la huelga nacional.
Se requiere humildad, empatía y buena voluntad para entender que el pueblo está cansado y asqueado de tanta corrupción y de ver cómo los llamados “padres de la Patria” se malgastan el dinero cuando el pueblo en general, está pasando hambre, porque los subsidios no son la solución a la pobreza que se vive en el país.
Ya es tiempo que las medidas toquen a quienes realmente deben tocar, como los son a los que hegemonizan el control de los alimentos, las medicinas, el combustible y la energía en el país.
Ya es tiempo que las autoridades actúen realmente en beneficio del pueblo y no a favor de los oligopolios que además del control económico, ostentan también el control político en la Nación.
Para superar los problemas que confrontamos en el país se necesita arrancar la raíz de estos males provocados por la avaricia y el egoísmo, la falta de valores y la ambición sin control; se necesita generar un cambio del modelo económico hacia uno que sea más incluyente y permita el equilibrio social.
Por estas razones, si bien se hace necesario una evaluación de las acciones que hasta ahora se han dado para obligar al gobierno a darnos las respuestas que realmente sean la solución a las demandas planteadas, no es posible en estos momentos, parar la lucha en las calles, porque no se han dado las respuestas requeridas para solucionar la crisis que estamos confrontando.
El gobierno debe entender que no es por la fuerza que logrará arrodillar al pueblo, porque lo único que conseguirá será la sepultura del Partido gobernante.
Se hace necesario y urgente, un verdadero diálogo, al que todas las partes lleguen con la mejor disposición por amor a Panamá, un diálogo franco, abierto, sin mentiras ni demagogias, porque el pueblo está cansado de lo mismo y sabe bien, que ya no tiene más que perder.
De manera, que al señor Presidente, con verdadera humildad le corresponde sentarse en la mesa de negociaciones y escuchar con los oídos, el corazón y el alma abiertos a los dirigentes de la huelga, para que juntos, encontremos las mejores soluciones para la crisis que vivimos.
Avance señor Presidente de Panamá Laurentino Cortizo Cohen, en la dirección correcta, como lo dijo el 1 de julio de 2019:
“Panamá necesita de todos. La Patria nos convoca… Sin condiciones… Sin más dilación. Avancemos en la dirección correcta.”
Es la única manera en que lograremos llegar a la paz que requiere la Nación, que necesita usted mismo Presidente, para seguir adelante y salir, como lo planteó al llegar a la Casa Presidencial:
“Mi mayor satisfacción… al dejar la Presidencia… será caminar con mi frente en alto… sin sentir vergüenza… y seguir recibiendo el cariño que hoy me dan los panameños.”
De usted depende, las cartas están echadas en la mesa para que juegue con la mejor y más clara disposición, motivando a los demás a que así también lo hagan.
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