El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Por: Enrique Avilés
Ayer el Ministerio de Educación en nota de prensa señaló la realización de un encuentro con los directivos del Instituto nacional y parte del estudiantado, para informarles sobre los resultados del audito material existente en la Biblioteca Eusebio A. Morales. La respuesta pudo satisfacer la inocencia juvenil, mientras que dejó pasmados a los interesados en la conservación patrimonial de este, hasta ahora existente, acervo bibliográfico de la nación.Y es que no puede tenerse cara cuando se informa que la desaparición no fue nada más y nada menos que el resultado de la humedad y las termitas que convirtieron en desecho la biblioteca, lo cual ponía en riesgo la salud de los estudiantes y el personal del Nido de Águilas. El informe especificó que las 9,059 unidades, registradas en el último inventario realizado del recinto bibliotecario, presentaban un 98% de deterioro, lo que las convertía en desecho, a tal punto que al extraerlos ni siquiera se pudieron contar.
No es posible que la desfachatez institucional respecto a la custodia de bienes culturales emplace a la cordura y buen manejo documental que debe existir en todas las bibliotecas estudiantiles, particularmente en está que resguardaba importantes colecciones desde principios de nuestra vida republicana. Es sabido que los manejos profesionales de estos recintos deben incluir su salvamento y conservación, fuese mediante la adecuación de un espacio libre al máximo de humedad, periódicamente fumigado de manera apropiada y dispuesto a su restauración y digitalización. Echarle la culpa de la muerte de esta biblioteca al hongo, termitas, ácaros y humedad, es echarnos en cara que el abandono, la desidia y la falta de profesionalismo son los custodios de nuestros bienes culturales.
Hablar a los estudiantes y al pueblo panameño que para enmendar lo ocurrido se acondicionará nuevamente la biblioteca, con todo lo que le hacía falta, es bochornoso, sobre todo cuando la perdida de la misma es un hecho. Hubiese sido más honroso hablar de la necesidad de implementar una nueva política de gestión para las bibliotecas de las escuelas públicas, pero donde las termitas son el enemigo público número uno de la cultura, los custodios de la misma no dan la cara a sus responsabilidades. Réquiem a la biblioteca Eusebio A. Morales, bienvenido sea el abandono cultural, gracias a las endemoniadas termitas.
El autor es docente universitario.
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