El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Por Ramiro Guerra M.
Abogado, escritor y cientista político.
Héctor Alexander, su política económica ha terminado en un estruendoso fracaso y las calificadoras a quien él complació en todo momento, lejos de apuntalarlo, ahora lo defenestran. Así paga el diablo a quien bien le sirve.
El gobierno nacional emitió un comunicado refutando los señalamientos de una calificadora de riegos y señalando de falta a la verdad por parte de esta.
Coincidimos con el gobierno, en cuanto esta calificadora, centra el eje de su argumentación, al cierre de la mina de First Quantum. En el fondo Fitch revela una defensa acérrima a esta empresa y dejó entrever que, el desastre fiscal, se debe a este cierre. No estamos de acuerdo y con relación a este señalamiento el pronunciamiento del gobierno está en lo correcto.
Ahora bien, en lo que, sí nos ratificamos es que, el gobierno ha sido un mal administrador de los más de 28 mil millones a la cual ha tenido acceso vía préstamos o bonos.
El gobierno erróneamente, priorizó el gasto improductivo, cero políticas de real control del gasto superfluo y excesivo apoyo financiero al sector empresarial y financiero.
Algunos me preguntaran, ¿Ramiro Guerra, en que fundamenta tales afirmaciones?
- En este quinquenio, no ha habido un desarrollo nacional sostenible y con énfasis en los derechos humanos.
- Políticas efectivas de contención del gasto, no las ha habido.
- El sector primario, a pesar de tanta bulla, se mantuvo con una baja incidencia en el producto Interno Bruto.
- La coyuntura del Covid, económicamente mal manejada.
Miles de pequeñas empresas desaparecieron en un mar de quiebra e insostenibilidad.
La pequeña empresa, según datos de la Contraloría, es la fuente más importante de generación de nuevos empleos.
- Los trabajadores fueron tratados miserablemente y dejados al desamparo y protección legal.
Se pudo contener la avalancha de despidos, pero el gobierno dejó en una clara indefensión a la fuerza laboral.
- Recursos financieros mal manejados y que han dejado una tela de dudas como los provenientes de la famosa descentralización paralela.
7.Falta de planificación en función del desarrollo nacional. Crearon por ley una oficina, pero sin peso alguno en la economía.
8.Excesivo recursos destinados a promover el clientelismo.
Cero planificación del recurso humano en la administración.
De lo anterior resulta, que la política económica, no fue la más eficaz para generar desarrollo y empleo.
Seguramente en el próximo gobierno, se destapará la olla de grillos y veremos hasta donde se llegó en el despilfarro del dinero público.
Me atrevo afirmar que, el periodo de gobierno por finiquitar, fueron años perdidos en el laberinto de la incapacidad y falta de transparencia.
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