El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Por Ramiro Guerra Morales.
abogado, Escritor Y Cientista Político.
La empresa hacia uso de químicos (Fumazol) como abono a la producción que, en los Estados Unidos, no obstante, estaban prohibidos.
En esa época, el diagnóstico era que, se trataba de enfermedades raras, que según la empresa y sus acólitos defensores, no tenían explicación.
Los gobiernos oligarcas, amanuenses de la United Brands Company, miraron perversamente, ante esta realidad, hacia otro lado.
Diversos tipos de cáncer de la piel, trabajadores que perdieron su capacidad de erección y no podían procrear, grados de pérdida del pensar y memoria disminuida, descendencia que vinieron al mundo con desordenes congénitos.
En los primeros años de esa empresa, las plantaciones las regaban con Piedralite, (sulfato de cobre) que causaba ceguera y afectaciones en los pulmones. Los Ngäbes-Buglé. En ese tiempo, parte importante de la fuerza laboral, era Guaimíes. Ellos pueden dar cuenta de tales tragedias.
Me tocó conversar con muchos trabajadores, durante la época de los setenta y ochenta, padeciendo un viacrucis. En 2011, más de 538 obreros, se movilizaron para reclamar ser resarcidos. El gobierno de la época no le paró bola. Hoy siguen en su lucha.
Los reclamos nunca fueron atendidos por la empresa y continuaron con esa práctica de usar químicos perjudiciales a la salud y prohibidos en otras latitudes.
La empresa se valía de aviones para desde los aires, regar químicos sobre las áreas de producción pero terminaban fumigando las áreas pobladas también y a trabajadores en el área sembrada.
A mí me toco trabajar, joven con 14 años, en esas plantaciones de bananos. En las empacadoras, en tinas grandes con químicos, teníamos que lavar los gajos de fruta de banano. Se decía que era, para matar todo tipo de alimañas
No me supieron explicar, porque mi anatomía, se cubrió de paño blanco. Una reacción dérmica a los citados químicos.
Todavía quedan sobrevivientes que a avanzada edad, tendrán que morir, sin ningún resarcimiento.
Los trabajadores de las bananeras, sobre todo en esas décadas, no solo fueron brutalmente explotados. Sino afectados gravemente su salud, con serias secuelas, cuando no, la muerte prematura.
Estas son realidades que la oligarquía y posteriores gobiernos ocultaron al país.
Hasta que llegó la organización sindical y la realidad tendió a cambiar.
A esos obreros, mis respetos y gracias, porque con el sudor de ellos, se levantaron hombres de bien y con conciencia de libertad y rechazo a la opresión.
Dios me los bendiga.
Dios bendiga la patria.
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