El Periódico de Panamá Revista de Análisis Político, Económico, Social y Cultural.
Por: Ramiro Guerra M.
Jurista, Escritor Y Cientista Político.
La Negación de la negación. En todo los quehaceres de la política y otros órdenes de la vida, lo que se presenta como nuevo, se torna complejo y contradictorio, cuando lo que se pregona como nuevo, arrastra mucho de lo viejo que pretender eliminar. Ocurre entonces, que lo viejo, lo retardatorio, como caballo de Troya, se impone y el discurso de cambiar todo para cambiar nada, se presenta como lo concreto real.
Sirva lo anterior como marco, para señalar, que resulta imposible llevar la corrupción a su mínima expresión, cuando se hace acompañar, de gente cuya eticidad está en dudas. Nada positivo augura para el país, ese tipo de situaciones y ecuaciones. En el pasado fueron parte o cómplice de relaciones de cloacas.
No se trata ahora de cazar y perseguir por causa políticas. Sino de investigar el origen de inmensas fortunas en mano de gente que, como el ave fénix, hoy aparecen como modelo de honradez.
Soy de la opinión, que la corrupción, que ha causado daños a la nación, no puede borrarse de la conciencia de los panameños. La afirmación, de para que exista un corrupto, tiene que haber un corruptor. Preguntemos, ¿Quien o quienes, para conseguir jugosos contratos con el estado, pagan o han pagado coimas?
Como cientista político, vengo observando como se viene desenvolviendo la actual administración del estado y genera preocupación el curso que tomará en el futuro venidero.
Sobre todo, en la cuestión de la democracia. La ausencia de los ciudadanos como participantes en la toma de decisiones, en temas fundamentales de la nación.
En la actualidad, observamos un escenario de mucha predisponibilidad al protagonismo de masas. Es una realidad, que no se puede administrar con discursos de choque y represión.
DIOS BENDIGA LA PATRIA.
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