Por: Anthony Chalas
Escritor y Poeta
A medida que me es posible he ido leyendo los artículos que me envía, algo que agradezco infinitamente. Porque me está permitiendo conocer interioridades completamente desconocidas para mí, una por mi corta edad para aquellos años, y otra porque estaba muy sumido en mis propias tareas como investigador técnico de procesos de corte y confección en prendas de vestir, y en temas teológicos. Fue ya por 1983, y a raíz del magnicidio en contra de Omar Torrijos Herrera, que yo comencé a tomarme en serio, y a dimensionar la grandeza de la mentalidad y visión nacionalista del General Torrijos.Me he dado a la tarea de leer este magnífico relato cronológico. Y al profundizar en su contenido, no ha sido difícil entender que los mismos motivos que hubo para intentar silenciar al Dr. Julio Yau, en el pasado, que afortunadamente no tuvo éxito, siguen con sus largos tentáculos, impidiéndole el reconocimiento de ser decorado, a pesar de llenar como pocos, todos los méritos para recibir más de una condecoración. Es vergonzoso que hoy como ayer, haya tantos apátridas en cargos de jefatura, en las diversas estructuras de poder. Los cuales siguen siendo complacientes con sus amos. Porque el colonialismo se fue del territorio, pero jamás ha salido del estrecho encéfalo de muchos panameños.
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