Cómo enfrentamos la actual circunstancia y qué nos espera.

Editorial

La vileza y la corrupción se enfrentan con integridad, el vicio con virtud, lo oculto con transparencia, el chanchullo con la honestidad, las tinieblas con luz, la ignorancia con conocimiento, la soberbia con humildad, la vagancia con trabajo, a los tramposos y marrulleros con decencia, a los que perdieron las esperanzas con fé.

El mundo que ha de venir, necesita de grandes hombres revolucionarios y de fe, que teniendo todo en derredor en contra, tengan suficiente fuerza interior para sacarla como una sustancia infinita y contaminar a todos de que es posible un mundo mejor, con justicia que es la base de la paz verdadera.

Cuando hay hombres y mujeres de fe en medio de la sociedad, la sociedad no está perdida, sino que, una fuerza inimaginable empieza a cambiar los vientos de destrucción por un silbido apacible que es la presencia de Dios que permitirá la reconstrucción de un mundo alegre, donde los que lo habitan podrán ser felices porque no les faltará nada.

Esa fuerza es Jesucristo, el ser más misericordioso, lleno de amor y de Gracia y aunque no merezcamos el regalo supremo, la salvación, no obstante, se nos hace partícipes, porque no mira Él en nosotros la perfección nuestra, sino nuestras debilidades y nos llena de lo que nos hiciese falta para poder contemplar su alegría de compartir con nosotros el gozo eterno que está reservado para los que pueden contagiar sus corazones con amor y justicia, que siendo espíritus, y características de Dios, pueden vivir en nosotros, sus hijos como su presencia eterna en nosotros.

¡Así de sencilla es la cosa!

7 Hay varios Likes:) Gracias...