Analistas constatan que la monarquía saudita, tradicionalmente alineada con EE.UU., ayuda ahora a los rusos a promover su petróleo en el mercado e invierte en el sector.
«La postura saudita no llega a una alianza política absoluta entre el príncipe heredero Mohammed bin Salman de Arabia Saudita y el presidente Vladímir Putin de Rusia, pero los dos líderes han establecido un acuerdo que beneficia a ambas partes«, escribe en el diario el periodista Clifford Krauss, que recuerda que el reino «normalmente se ha alineado» con Washington.
Además, el periodista encuentra preocupante la tendencia de coordinar la respuesta ante la dinámica de los precios de petróleo entre Moscú y Riad. Ambos gobiernos pidieron a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y países aliados que redujeran los niveles objetivo de producción en un esfuerzo por conseguir un mejor precio en el mercado, recuerda el medio.
«Obviamente, los lazos entre Arabia Saudita y Rusia se están estrechando», confirma el diplomático Bill Richardson, antiguo secretario de Energía de EE.UU., consultado como experto. «Los rusos y los sauditas tienen un interés similar en hacer subir el precio del petróleo», asegura por su parte Bruce Riedel, quien sirvió como analista en la Agencia Central de Inteligencia.
«Al trabajar más de cerca con Rusia, los sauditas dificultan más que Estados Unidos y la Unión Europea aíslen a Putin», sostiene Krauss. Pero no se trata solo de esta monarquía arábiga, sino de que también China y la India invierten en el petróleo ruso «como compradores de último recurso». Al anunciar este mes un pequeño recorte de la producción, la OPEP+ demostró su independencia del presidente Joe Biden, estima el autor.
Los analistas del blog ruso Kstati comparten la opinión de que el príncipe Mohammed bin Salman juega «su propio partido», en el sentido de que está «distanciándose de los intereses occidentales». Asimismo, añaden que la perspectiva de la integración comercial que implica la anunciada adhesión de Arabia Saudita a la Organización de Cooperación de Shanghái «convierten a Riad en un jugador aún más peligroso» de la OPEP+.