Consecuencias de una concesión oscura

José Dídimo Escobar Samaniego

Joel Jiménez Mollick (QDEP)

 

Parece extraño, pero no es una simple elucubración. A los residentes de Alto de Jesús o “Diablo Heights” nombre del maligno, como le llamaban los Zonians, por razones de imponer en su momento, de todas maneras el puerto de corozal por cuatro bellacos y convertir de todas maneras el área residencial en recinto portuario, y patio del ferrocarril, dado que para ese sector económico, valen más las cosas que la gente, han estado gradualmente creando un clima de zozobra y angustia que desde hace mucho tiempo, está enfocado en la soberana dificultad en poder salir o entrar a esa localidad en horas de la mañana y la tarde y el conflicto que se crea con el tránsito del tren de carga, desde y hacia el puerto de Balboa.

El primer zarpazo lo constituyó el que; la avenida que comunicaba al barrio de Balboa y Diablo fue quitada y otorgada en virtud del contrato Ley de 1998 a Panamá Ports. Luego vino la reubicación del cauce del río Curundú, reconduciéndolo hacia la comunidad de «Diablo Heights». Mas tarde la extensión del puerto hacia Diablo destrozando varias hectáreas de manglar y generando un ruido invivible. El Puente que se ubica frente a la entrada de Albrook, su diseño no resolvió la necesidad de la gente de allí.

Por otra parte, la extensión casi clandestina del contrato de concesión del ferrocarril que hace una semana se publicó en la Gaceta Oficial, después de dos años, en los que no se publicó, como ordena nuestro ordenamiento legal, al aprobarse sin revisar aspectos que perjudican sensiblemente a la república de Panamá y especialmente a los residentes de Alto de Jesús, generan las sospechas que, “algo huele mal en Dinamarca”.

Hace algunos años atrás, el tranque que se forma en la única salida y entrada a la comunidad poso en peligro la asistencia médica o emergencia de la comunidad, ya que se es imposible por el tranque, la llegada de bomberos, ambulancias o servicios de urgencia.

En Aquel entonces, un entrañable hijo de la comunidad y militante de la lucha comunitaria, Joel Jiménez Mollick, al requerir un servicio de urgencia, el mismo no pudo llegar a tiempo dado el inmenso tranque y falleció, causando un dolor profundo a su familia y a todos lo que le conocimos como un ejemplo para nuestra juventud, víctima de estos intereses superiores por el dinero, que parecen estar por encima de la vida de las personas.

Pareciera un programa frío y calculado para hacer imposible la vida pacífica y sosegada en esta comunidad, hasta tanto los puedan sacar de allí para frotarse las manos y convertir las casas de nuestros vecinos, en patios de contenedores, área portuaria y del ferrocarril que beneficiaría a unos cuantos bellacos que solo piensan en el resonar de sus cajas registradoras, pero en modo alguno, en nuestra gente, porque sus aportes al Estado son migajas que dan vergüenza y causan, no obstante, mucho desasosiego.

 

¡Así de sencilla es la cosa!

 

Como póstumo homenaje al Joven patriota Joel Jiménez Mollick, digno ejemplo a nuestra juventud panameña.

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