MOSCÚ (Sputnik) — La economía española se contraería hasta un 2,4% en el supuesto de un cierre total del comercio entre la Unión Europea y Rusia, estima Javier Quintana, economista investigador del Banco de España.
En un artículo analítico para el Boletín Económico, Quintana analiza las consecuencias económicas de un cierre comercial total entre Bruselas y Moscú, empezando con el corte del suministro de energía y terminando con escenarios más restrictivos, de interrupción del resto de exportaciones e importaciones.
«El impacto estimado de una suspensión de las importaciones energéticas rusas sobre la economía española supondría (…) una reducción del PIB de entre un 0,8% y un 1,4 % y un aumento de la inflación de entre 0,8 puntos porcentuales [pp] y 1,2 pp a lo largo del primer año respecto a un escenario sin dichas restricciones», señala el articulista.
En el escenario considerado como más probable, según Quintana, la reducción sería del 1,1% del PIB, y el incremento, del 0,9 pp de la inflación.
Desde una perspectiva sectorial, las ramas más afectadas en España serían aquellas que tienen un consumo de energía más intensivo, como el transporte, las manufacturas pesadas o la industria química.
En comparación con España, el impacto en las principales economías del área del euro y en los países del este de Europa sería muy superior por su mayor dependencia energética de Rusia. Así, la contracción del PIB en Italia, Alemania y Francia alcanzaría el 3%, el 2,6 % y el 1,5 %, respectivamente; para el conjunto de la UE, el descenso sería de entre el 2,5% y el 4,2 % en el caso del PIB y un incremento de entre 1,6 pp y 2,7 pp en la tasa de inflación.
Un cierre total del comercio entre Rusia y la UE implicaría para España una contracción del PIB del 1,8%, es decir, una caída adicional de 0,7 pp en relación con el escenario de cese de las importaciones energéticas. Por su parte, la inflación sufriría un impacto total de 1,4 pp, medio punto porcentual por encima del escenario inicial.
«En los casos en los que se consideran los supuestos más restrictivos en cuanto a la capacidad de sustitución de las importaciones y exportaciones, el impacto total sobre la economía española podría suponer una caída de hasta el 2,4% en el caso del PIB y un aumento de 1,7 pp en el caso de la inflación», pronostica el articulista.
Quintana sugiere interpretar las cifras que presenta en su artículo como impactos esperados a lo largo del primer año después del cierre comercial. A medio y largo plazo, «los efectos tenderían a reducirse gradualmente como reflejo de la capacidad de adaptación cada vez mayor de las economías europeas para reemplazar las importaciones rusas», opina el investigador.