Por: José Dídimo Escobar Samaniego
Me enseñó, desde pequeño, a dispensar respeto, a trabajar duro, como lo hacen todos los que nacemos en cunas humildes. Todos mis hermanos, nacimos en la casa, excepto el último que, es el más joven y se destaca en el periodismo nacional.
A nosotros, nos atendieron parteros, porque no había control prenatal en esos tiempos ni asistencia de partos en los hospitales, que era solo para los de la ciudad. Pero eso la hizo fuerte y a nosotros también. No dependimos de gobiernos pasajeros que siempre respondieron a los sectores más privilegiados, solo de Dios, que nunca nos desamparó y que, a pesar de las carencias, siempre dibujó en nuestro corazón y en el rostro, una sonrisa sincera, porque no conocimos ni aceptamos el fingimiento.
En el tiempo que crecíamos, apareció en la vida nacional Omar Torrijos, que como propósito providencial del Cielo, vino a dignificar a los panameños y ser parte de la gran lucha de nuestro pueblo, por lograr muestra independencia y soberanía y la recuperación de nuestro Canal. Y se abrieron escuelas y nosotros concurrimos a ellas y bebimos en sus aulas el saber y también las convertimos en cuarteles de patriotismo y de dignidad nacional. Hoy, cuanta falta hace volver a la senda antigua de la dignidad nacional.
Gloria a Dios por mi madre, y hoy al arribar a esta fecha, con salud y con todos los cabales, cuidada por todas mis hermanas, reciprocando lo que ella siempre nos ha dado. Mucho Amor y del bueno, elevo una oración de gratitud a Dios por todo lo que ha hecho en su vida y en las nuestras.
En el país se requiere fortalecer la familia, porque a pesar de todas sus debilidades que acusa, sin ella, nuestra sociedad no hubiera podido enfrentar con éxito, la pandemia ni las crisis adicionales que nos ha tocado lidiar y de las que saldremos, con la ayuda de Dios, fortalecidos.
Feliz cumpleaños Madre, Que Jesucristo siga haciendo maravillas con su vida, y que podamos seguir disfrutando de la presencia amorosa y de su ejemplo y testimonio de vida, que nos sigue inspirando para no dejar que la patria languidezca abandonada por unos y saqueada por otros.
¡Así de sencilla es la cosa!