De qué valió

Por: La ciudadana emputada

¿De qué valió luchar por la democracia en mi país? La respuesta está en cada esquina de la ciudad que tránsito, de mi Panamá. De Nada.
El olor de la basura acumulada en cada una de sus esquinas, la basura que expele el olor de la descomposición de la corrupción y que nos penetra e indigna.
La pobreza que duele y evidencia en el bajo rendimiento académico del futuro de una patria boba, que cada 4 años tiene la esperanza en una bolsa de comida, de $20 balboas en el bolsillo y la promesa de un trabajo en el gobierno.
Las promesas son ilusiones, el hombre y la mujer esperan, pero solo encuentra el vacío. Continúan allí rumiando su pobreza, esperando cuatro años después a ver si logran concretar sus esperanzas.
Y, que decir del empleado público, sujeto a humillaciones. Baja la cabeza porque sabe que debe aguantar la inhumanidad de las oficinas de Recursos Humanos, en la que el principio de creer y confinar en sus “colaboradores” no existe, son los gendarmes de la SS hitleriana.
Aún peor, dentro de las instituciones gubernamentales, cada cuatro años se crea una casta, el que más gana más influencia tiene, es el que está cerca del poder, y todos le temen, pero su mediocridad supera el salario que ostenta.
¿De qué valió luchar por la democracia?
No cambiamos, un país perdido que se revuelca en su insuficiencia y aleja de ellos a los intelectuales, a ese critico que intenta devolverle la dignidad a la patria.

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