“Democracia y Socialismo, utopía terrenal”

“Democracia y Socialismo, utopía terrenal” es un libro que terminé producto de mis convicciones filosóficas y socio-políticas. Su desiderátum lo define el aforismo de José “Pepe» Mujica, «un mundo mejor es posible». Este es un extracto.

Miguel Montiel-Guevara.

Introito
Desde la edad adolescente -excluyo la infancia de cuentos y caramelos- hasta la actual sentí predisposición por «la causa de los pobres» que El Apóstol, José Martí proclamó en sus Versos sencillos: «Con los pobres de la tierra, quiero yo mi suerte echar» y siglos antes Lucas, El Evangelista anunció citando al crucificado Jesús de Nazaret, quien leyendo el libro del profeta Isaías se presenta a sí mismo como «la Buena Noticia a los pobres.» Creí en la fantasía celestial hasta dejar la adolescencia, después ya no más; pero me quedé con el mensaje, lo hice mío y defendí militando políticamente y en la academia, armado con la filosofía y la historia, la economía y la ciencia, con dos formidables armas teóricas, el materialismo dialéctico e histórico; el marxismo. En la recta final de mi vida consciente reitero ese compromiso con la utopía terrenal del socialismo y también la democracia, reverdecida a mis ojos, compartiendo con un creyente, Fray Betto, su bella expresión: «El socialismo es el nombre político del amor»…
Individualidad y Solidaridad: Genes congénitos del genoma humano.
Cabe preguntar: ¿Recorrió su largo camino la especie humana solo de la mano de la individualidad? No. Lo hizo de las manos individuales unidas. Sucedió desde el momento que un neandertal le dio su mano a otro neandertal, un crogmañon a un neandertal u otro crogmañon para subirse a un árbol, o no se ahogara en un río, no se cayera de un risco. ¿Por qué ocurrió esto? Porque la esencia de la naturaleza humana no solo tiene el gen congénito de la individualidad sino también de la solidaridad…La presunción que existe este vínculo solidario entre los seres humanos la expuso en el siglo XIX Piotr Kropotkin (1842-1921) en su libro El apoyo mutuo: un factor en la evolución. Allí trata el tema del apoyo mutuo y la cooperación dentro del proceso evolutivo:
«Pero la sociedad, en la humanidad, de ningún modo se ha creado sobre el amor ni tampoco sobre la simpatía. Se ha creado sobre la conciencia -aunque sea instintiva- de la solidaridad humana y de la dependencia recíproca de los hombres. Se ha creado sobre el reconocimiento inconsciente semiconsciente de la fuerza que la práctica común de dependencia estrecha de la felicidad de cada individuo de la felicidad de todos, y sobre los sentimientos de justicia o de equidad, que obligan al individuo a considerar los derechos de cada uno de los otros como iguales a sus propios derechos.»10
En su lucha por la vida -dice Kropotkin- el hombre primitivo llegó a identificar su propia existencia con la de la tribu y sin tal identificación jamás hubiera llegado la humanidad al nivel en que hoy se halla…150 años después de su nacimiento la neurociencia en 1996 descubre la existencia de las neuronas espejo, las neuronas de la empatía. Estas neuronas proporcionan un marco para la comprensión de los mecanismos subyacentes a la empatía emocional, imitación, comunicación y comportamiento social. Dicho descubrimiento ofrece la más sólida base científica a su tesis del apoyo mutuo como factor de la evolución. Sus planteamientos avalan y fortalecen la categoría de solidaridad, la cual concibo como gen del genoma humano y esencia del socialismo.
La individualidad y la solidaridad son genes congénitos del genoma humano. Fuerzas motrices de la evolución de la humanidad. El capitalismo es la quinta esencia de la individualidad. El socialismo es la quinta esencia de la solidaridad.
La sociedad humana es como un tren, el cual una locomotora mueve arrastrando los vagones que lleva atrás. La individualidad es la locomotora del tren de la sociedad y la solidaridad los vagones que le dan empuje y sustentación como la pluma de vuelo timonera a las aves desde su cola. Sin locomotora no hay tren, sin vagones tampoco.
Sin individualidad la sociedad no avanza, sin solidaridad tampoco.