¿Desconfianza?

Editorial

Ministro Juan Manuel Pino, representantes de las diversas fuerzas de seguridad y un agente de la Embajada Norteamericana.

Las autoridades de seguridad panameñas, después de desplegar un gran esfuerzo y a un alto costo de nuestro exiguo presupuesto nacional, ha podido sacar del mercado del tráfico de drogas una cuantiosa cantidad impresionante de casi 100 toneladas de drogas, misma que envió a solicitud del gobierno de Estados Unidos el 29 de agosto de 2022 pasado, 42.1 toneladas de drogas y más recientemente, el pasado 10 de enero de 2023, Panamá envió a Filadelfia, Estados Unidos 55.7 toneladas de cocaína acumulada en las bodegas de los estamentos de seguridad, producto de las acciones operacionales y policiales que significa un significativo golpe a las estructuras criminales que se dedican a comercio ilícito y tráfico de esta droga con destino a la sociedad norteamericana, el principal consumidor de estas drogas.

La primera vez que, el gobierno de Estados Unidos le solicitó al gobierno panameño la acumulación de drogas para “deshacerse” por parte de ellos, de esta inmensa cantidad de estupefacientes, pensábamos que había sido algo de desconfianza en las autoridades norteamericanas acerca del final de esta inmensa suma de drogas, y que por tal razón ellos se la llevaban para tener seguridad de su destrucción lo que reflejaba, aunque no lo dijeran explícitamente una virtual desconfianza del final de ese alijo que le cuesta tanto a los panameños.

No obstante, al hacer esa primera acción y ahora repetirla, no nos queda ni una sola duda acerca de la absoluta desconfianza en la fuerza pública panameña, por parte de EE.UU. a pesar de la actitud genuflexa del nuestro flamante ministro de seguridad.

Los panameños por nuestra parte, tenemos absoluta desconfianza de qué hacen las autoridades norteamericanas con esa droga, toda vez que, en tiempos pasados, el Almirante John Marlan Poindexter y el Coronel Oliver North, conspicuos altos funcionarios de la Administración de Ronald Reagan, fueron juzgados en el Congreso de esa nación y encontrados culpables, porque se pudo constatar con pruebas irrefutables que, ellos utilizando su cobertura oficial, llevaban drogas de Colombia, la mercadeaban en el mercado interno de Estados Unidos y parte de las resultas las usaban para comprar armas y avituallamiento para sostener la guerrilla de los “contras” nicaragüenses contra el gobierno sandinista de entonces.

De modo que, ese aspecto moral no es cosa que le preocupe a oscuros funcionarios y la droga que las autoridades panameñas recabaron, muy bien podrían ser puestas en el mercado de Estados Unidos y no tenemos nosotros la certeza de su exterminio como se plantea, ni forma de corroborarlo, ya que, esa droga fue el resultado de nuestro esfuerzo fiscal, el riesgo que conlleva su captura y por tanto, tenemos derecho a tener certeza de su exterminio, porque en el estricto desarrollo del principio de reciprocidad, si ellos desconfían de nosotros, es el mismo derecho que tenemos nosotros a presumir de su caprichosa y oscura conducta.

¡Así de sencilla es la cosa!

5 Hay varios Likes:) Gracias...