Rey Juan Carlos de España, disoluto y usando una sociedad panameña off shore, es investigado en Suiza por más de cien millones de dólares en corrupción.Estaba controlada por una sociedad instrumental panameña, Lactuva S.A., y recibió fondos al menos en tres ocasiones de la Fundación Zagatka del exjefe de Estado.
Habiendo abdicado, no lo protege la inmunidad que lo alcanzaba cuando ejerció como Rey.
En América Latina, incluyendo Panamá, se le dispensó un trato privilegiado que le costó al Estado muchos miles, y en esos tiempos, ya el ex rey emérito, andaba en sus andanzas que ahora no puede explicar y se suma a muchos que ejerciendo algún mandato, se emborracharon de poder y ebrios, cayeron en el hondo pozo de la corrupción, de la cual pensaron que podían encubrirlos, pero el tiempo le ha jugado una mala pasada.
La investigación que lleva a cabo el fiscal suizo Yves Bertossa, que indaga supuestas actividades ilícitas del ex monarca español Juan Carlos I, ha encontrado una segunda cuenta oculta vinculada al rey emérito en el banco Credit Suissse.
El auténtico titular del depósito sería un miembro del entorno familiar del Juan Carlos, según informa El Confidencial, que ha tenido acceso a documentos judiciales del caso.
La cuenta se encontraba abierta en la misma entidad financiera que empleó la Fundación Zagatka para esconder los activos presuntamente pertenecientes al exrey español hasta 2015. Está a nombre de una sociedad offshore panameña, Lactuva S.A., que según explica el periódico, serían testaferros del bufete «especializado en montar redes opacas» que constituyó la empresa mercantil con la que el monarca cobró 100 millones de euros de Arabia Saudí.
Según las pesquisas, el exmonarca habría ordenado operaciones económicas para ayudar a un familiar, unas transferencias que habrían sido ejecutadas por el consultor suizo Arturo Fassana, quien realizó tres pagos de Zagatka a Lactuva en 2008.
Acumulación de investigaciones
Por su parte, la Fiscalía del Tribunal Supremo de España mantiene actualmente varias investigaciones diferentes abiertas sobre la riqueza oculta de Juan Carlos I.
Para tratar de eludir posibles responsabilidades penales, el rey emérito presentó dos regularizaciones fiscales. La primera tuvo lugar en diciembre de 2020 y con ella abonó casi 700.000 euros en relación con el caso de las tarjetas opacas, que tanto el exjefe de Estado como otros miembros de su familia utilizaron durante al menos tres años, entre 2016 y 2018.
La segunda tuvo lugar en febrero de 2021. Entonces el exmonarca abonó más de 4 millones de euros, correspondientes a las obligaciones tributarias derivadas de la recepción de ocho millones de euros en vuelos operados por una compañía de jets privados.
A pesar de ello, todavía siguen su curso otras dos causas judiciales. Una investiga la fortuna ocultada en Suiza y que tendría su origen en una comisión ilegal de 100 millones de euros pagados por Arabia Saudí por la concesión del contrato de construcción del tren de alta velocidad de La Meca a Medina.
Otra causa tiene que ver con el hallazgo de otra fortuna en la isla de Jersey, por valor de alrededor de 10 millones de euros, aunque en este caso el rey emérito niega rotundamente que sea suya.
Exiliado de España y apartado de la Familia Real
Juan Carlos I salió de España el pasado 3 de agosto. Se encuentra instalado en un hotel de superlujo en la isla de Nurai, a 15 minutos en barco de Abu Dabi.
Tras varios escándalos, el ex monarca abdicó en 2014. Su hijo, Felipe VI, anunció en marzo de 2020 que renunciaba a una futura herencia de su padre y le retiró la asignación pública de 200.000 euros anuales de la que disfrutaba.
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