Ese histórico día, hace 42 años, como secretario General de la Gloriosa Federación de Estudiantes de Panamá, tuve el privilegio y alto honor, de dar el discurso a nombre de la juventud, los estudiantes y pueblo panameño, cuando se desmanteló la Zona del Canal y por fín Panamá perfeccionó su condición de Estado Soberano.
Un día como hoy, hace 42 años, dejó de existir la extinta “Zona del Canal”, una franja de tierra que partía en dos a la república de Panamá, territorio en el cual; no ejercíamos soberanía, ni jurisdicción, y eran Los Estados Unidos de Norteamérica los que la ejercían, y eran de ellos, por casi un siglo entero, las instituciones administrativas, civiles, judiciales, policiales y aún una presencia militar que por su potencia de fuego, como por su cantidad de fuerza, sometían a nuestra población inerme y eran un factor físico de dominio geopolítico en todo el continente y la ley; era la suya, la de un Estado sureño, y nuestra; sólo la vergüenza sobreviniente de la deshonra y el deshonor.
Quizás por no tenerla, durante casi un siglo, la libertad y la soberanía en todo nuestro territorio, la aprendimos a querer con añoranza. Se convirtió en el anhelo profundo de los patriotas, que nos tuvimos que enfrentar a los que decían que de la soberanía no se comía y nos conminaban a no sostener la lucha, porque eso podría disgustar a los que ejercían el gobierno colonial en este territorio.
La genuflexión, esa característica genética de los que no aman a la patria, porque les gusta ser serviles. Quisieron convertirla en virtud, pero es que la abyección, la vileza, nunca podrá ser virtuosa, antes será execrable.
Por eso Omar Torrijos Herrera dijo aquella frase: “De pie o muertos, pero nunca de rodillas” queriendo reivindicar y rescatar la dignidad nacional. Yo me arrodillo gustoso y solícito, no delante de ningún hombre, sino, sólo delante de mi Dios, pues Él mismo atendió con su Gracia, el concedernos el anhelo de nuestro corazón, de no andar inmersos en la vergüenza y en la orfandad para siempre.
Dios nos constituyó libres, no nos dio al país como cárcel, ni nos sometió a la voluntad de otro, ni nos constriñó a ser esclavos. Nos hizo libres, nos hizo dignos y nos mostró el decoro y le agrada la rectitud, que confronta toda corrupción y degradación que ahora pulula por todas partes.
Un día como hoy, hace 42 años, lavamos nuestra cara de la ignominia. Hay necios y perversos, sin embargo, que, por prostituirse y ponerle precio a su dignidad, han prohijado la degradación y el envilecimiento que hoy nos tiene al borde de la desgracia.
Hoy levanto mis manos al cielo, y clamo al Dios vivo y postrado sólo ante Él, declaro que “Así que, si el Hijo los hace libres, ustedes son verdaderamente libres”. Y esta tierra que se llama Panamá, y todos cuantos en ella habitamos, hemos sido libres por Jesucristo, y ya no seremos esclavos de nadie. Un día como hoy, hace 42 años, dejamos formalmente de ser colonia americana. Quita oh Dios, toda mancilla y todo resabio de esclavitud en el que se empeñan los que no aman la libertad.
Aquellos que quieren por treinta monedas, entregar al país a la voracidad delos que quieren despojarnos de todas nuestras riquezas minerales que tú nos has dado y dejar en consecuencia, un país enfermo y una naturaleza hermosa y pródiga, destruida. Gracias Señor porque solo en ti podemos confiar. Amén.