Jaime Flores Cedeño
Hace 76 años el pueblo panameño llevó a cabo una de las Gestas más significativas de la historia panameña, como fue el rechazo del Convenio Filós- Hines, cuyas protestas iniciaron un día como hoy, pero del año 1947, y que culminaron con la desaprobación por parte de la Asamblea Nacional el 22 de diciembre de ese mismo mes.Este Convenio pretendía prorrogar sitios de defensa militares de los USA, que habían sido pactados el 18 de mayo de 1942, por el embajador de EE.UU., Edwin C. Wilson, y el canciller panameño, Octavio Fábrega, bajo el mandato presidencial de Ricardo Adolfo de la Guardia, todo ello, en el marco de la Segunda Guerra Mundial.
Un aspecto que no debemos soslayar es, que, para el año 1947, se cumplían 44 años de vigencia del nefasto Tratado Hay- Bunau Varilla, que trajo inestabilidades políticas, sociales y económicas en el país, producto del intervencionismo estadounidense que había dividido a la Nación, esencialmente, con la instalación del enclave colonial en la Zona del Canal, el cual era perjudicial para los intereses de la Nación. Esta acción entreguista se realizó con el contubernio de gobiernos oligárquicos que se turnaban en el poder y que respondían a sus intereses económicos, mientras que la población padecía de necesidades sociales que se tornaban endémicas.
En cuanto al Convenio, una vez las organizaciones sociales del país lideradas entre otras por: La Federación de Estudiantes de Panamá, el Frente Patriótico de la Juventud, la Asociación Federada del Instituto Nacional, el Magisterio Panameño Unido, el Partido del Pueblo, la Asociación de Profesores de la República de Panamá, gremios sindicales y de mujeres, se enteraron de las negociaciones que se estaban dando a espaldas de la población, elevaron su voz de protesta y rechazo, e hicieron un llamado público a la defensa de la soberanía nacional.
Después de meses de protestas la situación se pondría más tensa con la renuncia el 9 de diciembre de 1947 del negociador Ricardo J. Alfaro, ministro de Relaciones Exteriores, que sería reemplazado por Francisco Filós (Ministro de Gobierno), quien al día siguiente de ocupar el cargo procedió a firmar el Convenio, para luego enviarlo a la Asamblea Nacional, Órgano competente, que dentro de sus funciones debía discutirlo y ratificarlo.
El 11 de diciembre el Consejo Ejecutivo Federal de la Juventud le dio la misión al estudiante Secundino Torres Gudiño de acudir a la emisora HOQ y denunciar el Convenio. El estudiante en su intervención radial llamó testaferro a Filós, porque firmaba convenios que otros ministros habían negociado, se refería en este caso al Ministro Ricardo J. Alfaro, que había renunciado el día anterior a la Cancillería. El Ministro Filós se apersonó al Instituto Nacional con un destacamento de policías para arrestar a Gudiño, los cuales fueron detenidos en el frontis del plantel por el Rector de la Universidad Octavio Méndez Pereira.
Estos eventos provocaron que las organizaciones populares hicieran un llamado al pueblo a protestar en las calles el 12 de diciembre. Esta convocatoria pacífica sería violentamente reprimida por la policía, siendo uno de los primeros heridos el estudiante Sebastián Tapia del Instituto Nacional, en las inmediaciones de la Plaza de la Independencia, contaba con 16 años. Cabe resaltar, que a pesar que testigos señalaron al capitán Pastor Ramos de la Caballería de haber disparado, el caso quedó en plena impunidad.
Este plantel bajo el estandarte de la AFIN fue uno de los principales protagonistas de esta jornada. Uno de sus dirigentes fue el estudiante David Acosta al que le correspondió tocar la histórica campana que era un símbolo de lucha en el plantel.
Los hechos que se suscitaron aquel viernes 12 de diciembre fueron de impacto nacional por la agresión que fueron víctimas los estudiantes del Instituto Nacional y el pueblo panameño. La policía nacional era comandada por José Antonio Remón Cantera, quien justificó en todo momento la violencia del aparato estatal, igual lo hizo el presidente liberal Enrique A. Jiménez.
Los medios de comunicación informaban de un saldo aproximado de 60 heridos, muchos de los cuales preferían no acudir a los hospitales por temor de ser arrestados una vez salieran de los mismos, el más grave de todos fue el estudiante del Instituto Nacional Sebastián Tapia, quien quedaría lisiado de por vida.
El periódico la Hora señalaba en su edición del sábado que: “El pueblo panameño en forma unánime se puso del lado de los estudiantes. Las mujeres de todas las edades, presentaron escenas casi heroicas al lado de los estudiantes, para enfrentarse a la policía sin armas de ninguna clase, apelando a cuantos objetos tenían a mano para arrojarlos a los guardianes que utilizaron gases lagrimógenos, sables y pistolas automáticas calibre 45”.
El día 13, la Asociación de Estudiantes Normalistas efectuó una masiva reunión y un mitin público donde pedían la renuncia del ministro Filós y se denunciaba al gobierno de Enrique A. Jiménez, Igual, lo hicieron organizaciones estudiantiles de todo el país.
El gobierno ante los hechos suscitados emitió la orden de arrestar líderes estudiantiles y populares, con el fin de frenar las protestas nacionales. Entre los arrestados estaban: Gilberto Bazán Villalaz, Jorge Lamela, Carlos Calzadilla, Gabriel Alba, Manuel Solís Palma, Francisco Herrera, Mauricio Antonio Román, Alberto Cuellar Arosemena, Celso Solano y los profesores del Instituto Nacional: Enrique Karlsson, Ezequiel Valderrama, Ernesto A. Argote, Demóstenes Vega Méndez y Hugo Víctor.
La lucha se daba en distingos frentes, en tal sentido, Carlos Calzadilla, indicó en su recuento de los hechos que: “El día 13 de diciembre de 1947, la FEP conjuntamente con el Frente Patriótico de la Juventud decidieron colocar en todas las esquinas de gran circulación, mesas con estudiantes para recoger firmas que respaldarán telegramas contra el Convenio Filós- Hines, lo que tuvo una respuesta popular de gran impacto, porque a la Asamblea Nacional de esa época llovieron millares de telegramas reclamando patriotismo y el rechazo del Convenio”.
El día 15 hubo mítines encabezados por Carmen Miró, Nemesio Zapata, Federico Velásquez, César de León, Olga Córdoba, Isaías Sánchez, Carlos Tribaldos, Juan Chong y Joaquín Beleño.
En estos días de protestas se dieron muestras tangibles de dignidad nacional y sobresalía en distintos medios la señora Josefina Córdoba, madre de Sebastián Tapia, quien declaraba que su hijo “cumplía con el deber”, todo ello, en medio de la gravedad de salud por la que pasaba el joven estudiante.
El 16 de diciembre los movimientos populares de mujeres organizan una masiva manifestación hacia la Asamblea Nacional solicitando el rechazo del Convenio. Esta acción no tenía precedente en la historia nacional y fue un ejemplo para las mujeres en el continente.
Señala Acosta en su obra relacionada con la Gesta que: “Nunca en la historia panameña, hasta el año 1947, se pudo observar en nuestras calles tantas mujeres desfilando con dignidad y decoro en defensa de la Patria… Allí se encontraban las maestras, las estudiantes, profesoras, las obreras de nuestros barrios populares, y especialmente, las mujeres de Boca la Caja y Viejo Veranillo, que también respondían al llamado patriótico. Ellas eran escoltadas por sus esposos, hermanos y padres por las aceras para evitar que fueran atropelladas por los “pies de guerra” del gobierno de turno”.
Marcha de 10 mil mujeres panameñas (16 de diciembre de 1947)
El día 17, la Federación Sindical de Trabajadores de la República de Panamá condenaba la represión al señalar que: “En la tarde del viernes 12 del corriente, fueron atropellados los estudiantes, profesores, obreros y pueblo en general por la fuerza pública, por el único delito de manifestar y expresar como ciudadanos de un país democrático su inconformidad por la firma de un convenio concertado con el gobierno de los Estados Unidos, que lesiona la soberanía y dignidad nacional”. En otros de sus párrafos expresan su posición de que sea rechazado el precitado Convenio.
Firmaron este comunicado los dirigentes: Juan de Dios Herrera, Domingo Barría, Marta Matamoros, Nemesio López Zapata, Julio Liu Cáceres, Juan Ortega y Manuel Rodríguez.
El movimiento patriótico hizo un nuevo llamado público el 22 de diciembre para marchar desde el parque Lesseps, hasta la plaza de Francia, que era donde estaba ubicada la Asamblea.
Aquel día desfilaron en su orden la Directiva del Segundo Congreso de la Juventud y el Consejo Ejecutivo Federal, que había sesionado en el mes de diciembre, la FEP, luego, la Asociación del Profesores de la República de Panamá, delegaciones de escuelas y de la Universidad de Panamá, acompañados todos por el pueblo en general.
Esta convocatoria tuvo un efecto contundente dado que después de intensas horas de protestas, la Asamblea producto de la presión popular, decidió rechazar la aprobación del Convenio Filós-Hines, lográndose así, un significativo triunfo para el pueblo panameño. Esta sería la primera derrota internacional sufrida por los Estados Unidos luego de haber culminado la segunda Guerra Mundial.
Fueron muchos los patriotas que con altivez y dignidad acudieron al llamado de la Patria en esos días, entre estos estaban: David Acosta, Manuel Solís Palma, Carlos Iván Zúñiga, Jorge Illueca, Eloy Benedetti, Federico Velázquez, Rubén Darío Sousa, Cleto Sousa, Rómulo Escobar Bethancourt, Rodrigo Molina, Álvaro Menéndez Franco, Carlos Calzadilla, César de León, Marta Matamoros, Moisés Chong Marín, Felicia Santizo, Juan Materno Vásquez, Diógenes Cedeño Cenci, Secundino Torres Gudiño, Celso Solano, Cristóbal Segundo, Enrique Karlsson y Moisés Pianeta.
Esta Gesta, que se llevó a cabo hace 76 años, no debe ser olvidada, porque marcó la ruta hacia el proceso de Liberación Nacional que fue retomada por los héroes y mártires del 9 de enero de 1964.
En este sentido, se refirió Rubén Darío Sousa, dirigente del Partido del Pueblo al expresar que: “Esta Gesta victoriosa sin duda alguna allanó el camino para el desarrollo ulterior del movimiento de Liberación Nacional hasta la liquidación del colonialismo en la Zona del Canal…”
Finalizo haciendo referencia a la placa de bronce conmemorativa sobre la Gesta que se encuentra en el vestíbulo del Instituto Nacional y colocada por la dirigencia estudiantil en 1948, donde su mensaje permanece como tinta indeleble para las pasadas, presentes y futuras generaciones, al indicar que: “DEFENDAMOS LA INTEGRIDAD DE LA PATRIA, GRITARON LOS ESTUDIANTES EN SU JORNADA HEROICA EL 12 DE DICIEMBRE de 1947 Y CORRIÓ LA SANGRE DE SEBASTIÁN TAPIA. LOS IDEALES SUPREMOS ESTÁN Y ESTARÁN VIVOS EN LA MENTE Y EN EL CORAZÓN DE LOS PANAMEÑOS”.